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8 de Mayo: Dí­a de Nuestra Señora de Luján

«En Luján hay un signo para nuestra Patria: todos tienen lugar, todos comparten la esperanza y todos son reconocidos hijos. Hoy vinimos a rezar en esta fiesta de la Virgen, en este año Bicentenario, porque aquí­ crecimos y aquí­ nuestra Patria siempre tuvo una bendición, porque tiene una madre. No tenemos derecho a aguacharnos, a bajar los brazos llevados por la desesperanza. Recuperemos la memoria de esta Patria que tiene madre, recuperemos la memoria de nuestra Madre. Miremos a la Virgen y pidámosle que no nos suelte de su mano».

(Cardenal Jorge Bergoglio, 8 de Mayo 2010, en Lujan )

Madre, tus hijos en la Acción Católica, nos encomendamos a ti y te encomendamos a nuestro pueblo argentino.

ASJ!

CONSAGRACIí“N A LA VIRGEN DE LUJAN

Madre de los argentinos y de la Acción Católica

Virgen de Luján, Madre de los pobres y de los humildes, de los que sufren y esperan, Madre de los argentinos, nos consagramos a Vos, con el corazón cargado de esperanza.

Madre de la disponibilidad y el servicio, que has inspirado el camino de la Acción Católica Argentina, desde cada rincón de nuestro paí­s, dirigimos nuestras miradas a tu Santuario para consagrarnos y pedirte por nuestra querida Patria.

Marí­a, Madre nuestra, te pedimos que nos mires y nos escuches. Somos niños, jóvenes, adultos y miembros de sectores; que queremos vivir como Iglesia en el corazón del mundo siendo discí­pulos misioneros de la Iglesia “en salida” como Jesús nos pide.

Somos varones y mujeres; que asumimos esta hora de nuestra historia, con fidelidad serena, fuerte y humilde; unidos a nuestros Pastores, y a todos nuestros hermanos, en comunión misionera.
Renovamos ante Vos el compromiso de seguir a Jesús y ser constructores del bien común, sobre la base del diálogo, la solidaridad, la fraternidad y el esfuerzo cotidiano.

Venimos a pedirte que Jesús nos conceda espí­ritu contemplativo, para comprender el dolor de nuestro pueblo, y la disponibilidad servicial para ofrecer caminos que promuevan la dignidad de la vida, la familia, la erradicación de la pobreza, la inclusión, la amistad social, viviendo nuestra vida en clave de misión.

Venimos a ofrecerte nuestras pobrezas, nuestras esperanzas, nuestras inquietudes y alegrí­as. Ponemos ante Vos, nuestras vidas y las de nuestras comunidades para que nos bendigas y nos acompañes a anunciar a todos la alegrí­a de la Buena Noticia.
Necesitamos, Madre, la capacidad de acoger la Palabra de Dios y vivirla en clave misionera para comunicarla con el fuego del Espí­ritu y hacerla servicio en nuestro andar de cada dí­a.

Queremos también, pedirte Virgencita Gaucha, por el Papa Francisco, te pedimos lo fortalezcas en su misión y lo acompañes siempre con tu amor de Madre.

Marí­a Santí­sima, Madre de Luján, ayúdanos a ser fieles a nuestra hora, llena de desafí­os y de esperanza.

Amén.