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Ni un pibe menos por la droga

La Pastoral Social de Drogadependencia reclamó que se declare la “emergencia nacional en adicciones” en un comunicado que difundió después de dos dí­as de reuniones con los delegados de las diócesis de las ocho regiones pastorales del paí­s, en la Casa Domingo Savio de Ramos Mejí­a.

“La situación es desesperante” sentenció la Comisión Nacional de Pastoral Social de Drogadependencia y Adicciones, que también consideró que “no alcanza con perseguir al narcotráfico, hay que cuidar a los pibes”. El documento fue dado a conocer por el padre José Marí­a “Pepe” Di Paola, coordinador de la Comisión pastoral de la Iglesia Católica durante una conferencia de prensa.

Los delegados llegaron a la conclusión que “la respuesta” al flagelo de la droga “sigue siendo insuficiente, mientras hay cerca de un millón de jóvenes que no estudia ni trabaja en nuestro paí­s”.

La Comisión Nacional de Pastoral entiende que “serí­a bueno poner la mirada también en los circuitos financieros que lo hacen posible (al narcotráfico), porque sino queda como un problema de los pobres y las fuerzas de seguridad cometen atropellos con los pibes”.

 

Texto completo de la declaración

Emergencia Nacional: Ni un pibe menos por la droga

Hay un terrorismo de base que emana del control global del dinero sobre la tierra y atenta contra la humanidad entera. De ese terrorismo básico se alimentan los terrorismos derivados como el narcoterrorismo (Papa Francisco, III encuentro para los movimientos populares 05/11/2016)

Como Comisión Nacional de pastoral sobre adicciones y drogadependencia, constituida por los delegados diocesanos de todo el paí­s, queremos expresar nuestra gran preocupación por el momento que atraviesa nuestra patria respecto del tema que nos ocupa. Con claridad decimos que no se trata de un gobierno u otro, sino más bien de un problema que fue creciendo y, como una espiral, avanza profundizando el deterioro de la vida de nuestros jóvenes y destruyendo el tejido social.

Es así­ que, cotidianamente, llegan a nuestras parroquias e instituciones presentes a lo largo del territorio nacional, en nuestros pueblos y ciudades muchos pibes, gurisas, changos y chinitas que perdieron su  libertad por la falta de sentido y oportunidades, y quedaron entrampados en las redes del consumo de alguna droga, tanto legal como ilegal. Acompañamos el sufrimiento de sus familias y seres queridos. Esto sucede incluso en los pueblos más chiquitos, en los que para poder ver a un psicólogo o especialista en salud mental hay que viajar 100 o 200 km. La situación es desesperante y nos preguntamos cuál es la respuesta que como sociedad estamos ofreciendo. Debemos sincerarnos. En los centros urbanos estamos discutiendo modos novedosos de intervenir, organizando congresos y analizando las falencias de los distintos paradigmas y modelos teóricos, muchas veces importados, y la respuesta sigue siendo insuficiente, mientras hay cerca de un millón de jóvenes que no estudia ni trabaja en nuestro paí­s.

En ese sentido, advertimos que la respuesta que se sigue dando es con un acentuado enfoque en la dimensión represiva hacia los sectores más vulnerables. Basta comparar el presupuesto del Ministerio de Seguridad con el de la Sedronar para comprender la desproporción de la que estamos hablando. Pero hay que decirlo, si a nuestros jóvenes no les ofrecemos oportunidades reales para crecer, para descubrir el sentido de la vida, polí­ticas públicas de prevención y un sistema de salud adecuado,  van a ser estructuralmente vulnerables. No alcanza con perseguir al narcotráfico, hay que cuidar a los pibes.

Desde ya que no queremos drogas en nuestros lugares y apoyamos los intentos por erradicarlo. En ese sentido, entendemos que serí­a bueno poner la mirada también en los circuitos financieros que lo hacen posible, porque sino queda como un problema de los pobres y las fuerzas de seguridad cometen atropellos con los pibes. ¡No! el narcotráfico es una red multinacional con gerentes y CEOs, que saben tanto de complicidades polí­ticas como de comunicación, de maquillar la realidad con teorí­as novedosas surgidas en universidades prestigiosas, de hacer lobby y buscar leyes favorables a su negocios.

En este contexto de ausencia de oportunidades y respuestas aparece una voz que es imprescindible escuchar: la situación dramática de niños y jóvenes que padecen epilepsia refractaria  y que encuentran en un derivado del cannabis el paliativo a sus dolencias. Entendemos que es imprescindible que quienes padecen esta enfermedad puedan tener su medicina, y que corresponde al Estado proveerla gratuitamente.

Lo que no queremos es que el reclamo justo de los familiares se entremezcle con polí­ticas que hacen daño a otros. En definitiva, no estamos de acuerdo con las polí­ticas liberales que reclaman el derecho de cultivar, tener o consumir drogas, porque entendemos que no todas las personas están en la misma situación, y vemos que a los pibes que no tienen o tienen pocas oportunidades en la vida, estas acciones les pueden costar carí­simas.

Por último, por la gravedad del momento que estamos viviendo, por las muertes, tragedias, y sufrimientos de miles de pibes y pibas a lo largo del paí­s, de hombres y mujeres, por el dolor de sus familias, por nuestros barrios, villas, pueblos y ciudades, por el Padre Juan Viroche y todos los que dí­a a dí­a dan la vida, este equipo pide la pronta declaración de la emergencia nacional en adicciones, y reclama a los distintos niveles del estado: municipales, provinciales y nacional, a los medios de comunicación, a las empresas, a las iglesias y distintos credos que  se hagan eco de este pedido, que como un grito que se eleva al cielo de la patria: ¡Basta! ¡Basta! ¡¡¡¡Ni un pibe menos por la droga!!!! Hay que ponerse a trabajar.

Invitamos a todos a ponernos la Patria al hombro como nos pide el Papa. Que la Virgen de Luján, patrona de nuestra Patria nos enseñe el camino del compromiso y nos revele las fibras de solidaridad que son la identidad de nuestro pueblo argentino.

Comisión Nacional de Pastoral de Adicciones y Drogadependencia.
Domingo 6 de Noviembre de 2016.