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Cuidemos el agua, recurso indispensable para la vida

Cada 22 de marzo estamos llamados a reflexionar sobre la cuestión sobre el AGUA y la problemática que representa en el mundo.

La encíclica Laudato Si también describe la cuestión del agua como aquel recurso indispensable para la vida humana y de los ecosistemas. Es un recurso escaso que se encuentra amenazado y millones de personas en el mundo no pueden acceder para cubrir las necesidades básicas de consumo e higiene.

¿Sabían qué la escasez del agua y la mala calidad de agua disponible (contaminada) provocan millones enfermedades y muertes por año?

El acceso al agua potable y segura es un derecho humano básico. Por eso, estamos llamados a la acción y a cambiar de hábitos para cuidarla:

• Fomentemos la formación de valores y ética social enfocados en la protección de los recursos hídricos.
• Exijamos de los gobernantes la creación y el cumplimiento de leyes que protejan el agua.
• Racionalicemos el consumo de agua utilizando sólo la necesaria:
– Lavemos el auto con balde, y no con manguera.
– Cerremos la canilla mientras nos estamos cepillando los dientes.
– No lavemos los platos dejando la canilla abierta.
– Siempre arreglemos pequeños escapes de agua.
– Reutilicemos el agua de la lavadora para limpiar la casa o la vereda.

Finalmente, estamos llamados a orar: “Alabado seas mi Señor por la Hermana Agua, la cual es muy útil, y humilde, y preciosa y casta.” Así como San Francisco oró lleno de gratitud por la Hermana Agua, así nosotros oramos agradecidos por su generosidad para sostener la vida.

Oh agua, en tu misteriosa belleza haces florecer al desierto. Una minúscula gota, reunida con miles de gotas, riega las semillas y las futuras cosechas para alimentarnos nosotros y todas las criaturas.

Una minúscula gota multiplicada, sacia nuestra ardiente sed. Más de tres cuartas partes de nuestros cuerpos,
como el cuerpo de la tierra, son de agua. Somos gente de agua. Somos un planeta de agua.

Oh Dios compasivo, que con tu divino soplo sobre las aguas creaste cuanto existe, te pedimos perdón por nuestro uso negligente del agua, por nuestras actitudes que no la respetan y la contaminan, y te suplicamos nos concedas sabiduría para conservarla y cuidarla.

En este tiempo de sequías, así como esperamos y buscamos el regalo de la lluvia sobre la tierra, esperamos también la lluvia de la gracia sobre nuestras almas.

Ven en nuestra ayuda y libéranos del odio, la codicia, el temor, y nuestra falta de amor hacia tus dones sobre la tierra. Transfórmanos en ríos de agua viva, de modo que a nuestro paso reverdezca la vida, la esperanza y el amor por la tierra y por todas las personas.

Todo esto te lo pedimos a ti, Dios Creador, fuente de la Gracia,
por Jesucristo, Palabra Eterna,
y el Espíritu, Manantial de Sabiduría.

AMÉN.

Equipo Nacional de Campaña “Cuidemos la tierra, cuidemos la vida”
Acción Católica Argentina