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Nelly Marini

Nelly nació en Buenos Aires en 1912. Su hogar era un clásico hogar católico de clase alta, que vivía apegado a tradiciones, costumbres y marcos establecidos. Nelly fue al colegio de las Esclavas y entró en la Congregación de Hijas de María. No terminó su ciclo secundario, pero se anotó en cuanto curso de catequesis existía hasta ingresar al Instituto Superior de Cultura Religiosa.

Lejos del modelo proyectado “para una niña bien”, Nelly pronto se comprometió con la obra social que su colegio llevaba a cabo en Villa Ideal, un suburbio pobre de Buenos Aires donde abundaban el barro y los pantanos.

Su perfil humorístico y de gran alegría siempre la caracterizó, como joven y como mujer; acerca de no saber completado su formación secundaria solía hacer alarde de ser “poco sabida”. Aunque en realidad su sabiduría no surgía de los libros leídos o no leídos sino de su dedicación a los otros, de su vida interior, de su apertura mental frente a las posibilidades y los acontecimientos.

Su vida fue confesar al Señor. En todo momento y en todo lugar. Lo supo hacer siempre. Con estilo laical indeclinable, con femineidad, con alegría, con apertura al prójimo y profundidad de corazón.

Si de alguien puede decirse que era la imagen de la mujer que sirvió durante toda su vida a la Iglesia, a través de la A.C.A.: indudablemente es de Nelly Marini. ¡La muy querida Nelly! Que durante sesenta años vivieron las etapas de su camino junto con las de la Asociación. Qué recorrió el país enseñando a quererla y vivirla. Y en la madurez con su sabiduría apostólica fue para las nuevas dirigentes sostén y compañera entrañable”

Regina Mansilla

Entró como socia de “A.J.A.C” como se llamaba entonces, en el círculo parroquial del Pilar, pronto pasó al Consejo arquidiocesano y llegó a presidenta del mismo, cuando Julia Jiménez Zapiola pasó a la Rama de Mujeres.

Trabajó en el Hogar de la Juventud, junto con Susana Lastra, impulsando múltiples actividades recreativas y deportivas para las chicas de aquellos tiempos en la famosa casa de Perú 555.

El Congreso de la Juventud la tuvo como una de sus principales protagonistas. Organizado con mucha pasión, el Congreso acogió a un sin numero de jóvenes distribuidos en las más diversas temáticas (estudiantes, empleadas, universitarias, obreras, etc.). Al cierre del mismo, Nelly proclamó una fervorosa exposición que hizo a las chicas que llenaban el Luna Park irrumpir en largos minutos de aplausos.

Nelly presidenta fue algo muy especial porque tenía lo que hoy se llama carisma no porque lo buscara ella sino porque le brotaba de su falta de amor propio, su generosidad de entrega total a su misión, su simpatía unida a un pintoresquismo en su manera de actuar y de hablar, que la hicieron creo yo, la persona más popular de la Acción Católica”

Susana Lastra

Después, sin quemar etapas pero sin negarse a los cambios que el Señor le iba marcando, ingresó al Consejo Nacional de Mujeres de Acción Católica durante dos períodos consecutivos (1958-1964) En 1961, así le escribía a la MAC:

Como mensaje suyo nos pareció oportuno transmitir parte de la carta, que escribió a las socias cuando se cumplieron los treinta años de la MAC

Querida Socia:

Quisiera llamarte por tu nombre y escribirte personalmente para decirte todo lo que el recordar estos 30 años me han hecho pensar. Nos sé si estás en la A.C.A, desde la primera hora o hace poco tiempo que has entrado, eso no tiene importancia, lo fundamental es que hayas conocido, hayas oído el llamado y tu respuesta sea el estar presente en este momento en le Circulo de la A.M.A.C
No dudo que desde le día que diste él SI a la iglesia podrás haber pasado por momentos de entusiasmo, de alegría, como también de desaliento y de cansancio. Mirándote a ti misma y a otras habrás podido comprobar que distintas formas se pueden haber vivido esta repuesta. Las que han gozado ha fondo y viven su misión con alegría y confianza, las que han trabajado concientemente convencidas, pero sin entusiasmo, las que siempre están pero nunca han hecho nada, ni la A.C les ha cambiado en nada su vida, las que abandonaron por cansancio, por falta de fe, por falta de interés…
El pensar todo esto nos hace comprender que para vivir bien nuestra misión lo que importa es estar convencidas de que la iglesia nos necesita como apóstoles de la A.C. Nos llamó y respondimos para hacer lo que ella quiere y como ella manda.
No pierdas esta disponibilidad para hacer lo que Dios nos pide y que nos va marcando en los acontecimientos de la vida, como tampoco esa fe fundada en que no en vano un día te miró, eligió y llamó. Si creemos a fondo que la A.C. es una vocación, creemos también que cumpliéndola estamos en el camino seguro de llegar a Cristo.

Te abraza en Cristo

En momentos que empezaban a ser difíciles en la vida de la Institución, después de los primeros tiempos de crecimiento y desarrollo casi milagrosos. Ella vivió a fondo, dándose todo este período fecundo. Cuando vivieron los tiempos de prueba y la crisis, donde todo parecía desmoronarse, siguió fuerte en la brecha, sin perder jamás el entusiasmo y la esperanza, abierta a los cambios y dócil a los “signos de los tiempos”.

La nueva primavera de la A.C. que comenzó a despuntar en Tucumán en 1973 la encontró lista para seguir dando su vida por la MAC y desde entonces no dejó de integrar su consejo nacional cumpliendo distintas funciones y cargos, hasta que la edad y la salud se lo permitieron.

No solo la Acción Católica, todos los que pasaron cerca de Nelly, su familia, sus amigos, su mecánico o su vecino, todos, sintieron que con su testimonio y con su palabra, Nelly nos empujaba con fuerza a servir a Dios, pero siempre a través de la Iglesia. (ver anécdota)

No podemos dejar de recordar sus viajes que encaraba con tanta alegría y entusiasmo que lo hacían parecer más un placer que un trabajo. Mas de dos mil adolescentes recorrieron Europa de su mano. Miles de chicos en quienes Nelly con su testimonio y su palabra certera dejó una huella profunda. “Sus chicos” que encontraban en ella durante el viaje y para siempre una amiga, una confidente, una compañera insospechada. Susana Lastra nos cuenta que estos viajes duraron hasta 1989 año en que Nelly falleció.


Su lección más inolvidable fue su fe y esperanza frente a la muerte. Al conocer la gravedad de su enfermedad, la esperó tranquilamente, dando una vez más testimonio de que iba al encuentro para el que siempre sé había estado preparando.

UNA ANÉCDOTA
“Allá lejos y hace tiempo” –1964-
Asamblea Federal de M.A.C. en Embalse de Río tercero ( Córdoba)

Yo era muy joven – alguna vez lo fui ¡!- y asistía a esa Asamblea Federal de M.A.C con el interés y la curiosidad que las militantes de provincias sentíamos, cuando no era frecuente viajar a Buenos Aires en estos eventos y la comunicación con el Consejo nacional no era tan asidua, ni tan seguida. La Asamblea era una oportunidad para la puesta al día – y aún lo es de todas las novedades de la A.C – Éramos “todos ojos y todos oídos”, al respecto, la gente del interior. La presidente nacional sólo era conocida por nosotras de nombre, por sus escritos y óptimas referencias de su actuación, fotos casi ninguna.

El día de las elecciones y renovación del Consejo nacional nos dirigíamos hacia el hotel donde tenían lugar las reuniones plenarias, dos amigas y yo, todas de Villa Mercedes ( san Luis.) ) Esperábamos un micro especial, local, cuando se nos acerca un auto con dos mujeres “ las llevamos chicas?”- ( no era necesario saber nada, con los distintivos, bastaba.)

Aceptamos gustosa, la conductora era delgada, menuda elegante, esbelta, de cabellos ligeramente ondeados y castaños de mirada atenta, ágil, inquieta y andaba en la madurez de una cincuentena de años, o poco más.

La charla inevitable: ¿” Quién será la nueva presidenta Nacional? Digo con alguna timidez. -Las conductora responde: “vaya a saber”- Yo agrego “-ojala la reelijan a nelly Marini, me parece que es una mujer excepcional, reúne sobradamente las condiciones, es capaz, conoce a fondo la. AC. la vive y sabe transmitir esa mística… etc.

“¿Vos la conoces?”, interroga la conductora, mientras acerca el auto a la vereda” – Yo personalmente, no, pero por las referencias del Cons. Diocesano, por sus directivas, sabemos que es de lo mejor que tiene la M.A.C en este momento.

Una de mis amigas agrega: “pueda ser que la conozcamos bien de cerca, aquí”. La otra amiga dice: “y notamos que ustedes son porteñas, la deben conocer, la habrán oído hablar en reuniones, que suerte tienen! – A todo ello yo rematé”: que honor y que alegría para nosotras, si pudiéramos contar en San Luis al regreso, que charlamos con Nelly Marini! Llegamos, la conductora mira el reloj y nos dice “es temprano, quieren que demos una vueltita?” Y todas a un tiempo respondemos que no hay problema, que no faltarán lugares en el amplísimo salón. – Y volvemos, rodeando en marcha lenta los hoteles de Embalse, un complejo muy hermoso. – “Así que les parece que Nelly Marini podría ser presidenta otra vez? Dice la acompañante, que hasta ese momento no había abierto su boca. Todas le contestamos “si” y volvemos sobre el deseo de conocer a Nelly. No aguanta más la conductora y con voz decidida espeta “pues aquí estoy chicas, yo soy Nelly Marini, bien cerca de ustedes como lo desean.”

Quedamos mudas, ¡quise decir ohh!, pero una emoción ahogó mi voz.

Ella se reía, con esa risa franca, que mucho después comprobé era su característica, y con su chispa, expresa: “menos mal que todo lo que dijeron de mí era bueno, yo la escuchaba atentamente”. Frenó el auto y casi nos abalanzamos para abrazarla – Que alegría nos has dado Nelly, ahora siento un poco de vergüenza…” y él dialogo termina con palabras de Nelly: “ la alegría es mía y es enorme, haber escuchado en vivo y en directo una versión sobre mí, que no merezco como elogio, pero valoro con la sinceridad de ustedes, como se expresaron”. Antes de bajar – ya frente otra vez del hotel- la acompañante, joven y gordita, muy sencilla, casi vulgar en sus gestos, en sus palabras, corona ese maravilloso encuentro “– ahora les digo quien soy yo. Soy la verdulera de Nelly Marini. Yo le vendo las frutas y verduras a Nelly desde hace mas de 10 años. Ella un día me habló de Dios, me acercó a la iglesia, es largo de contar, pero aquí estoy, ¡soy militante de la M.A.C.!

Nelly nos da un beso, (nunca lo olvidaré) y dice – ¿entramos chicas al salón?”-