20 de Junio | A los pies de la Bandera renovemos nuestra conciencia de pueblo

En 2020, celebramos el Día de la Bandera de un modo especial, al haberse dedicado el año a su creador, Manuel Belgrano, en el marco de la conmemoración del 250° aniversario de su nacimiento y del bicentenario de su muerte, , y en contexto doloroso pero que también nos abre nuevos desafíos.

La Enseña Patria simboliza el camino y la meta de una Nación. Su paño cobija los sueños, las esperanza, así como los dolores y las tragedias de un pueblo. Ella siempre vuela alto hacia el cielo como un manto que se extiende más allá de toda diferencia. La bandera es signo del encuentro.

Por eso, hoy, cuando nuestra Patria sigue afligida por el paso y las consecuencias de la pandemia en curso, con el desafío de algunas ciudades que vuelven a funcionar con nuevas medidas y ritmos diferentes, frente a la angustia de su impacto en muchas otras, donde el virus pega fuerte, genera preocupación y muerte, queremos invitar a cada uno de nosotros a:

Embanderar, como sea posible, el frente de nuestra casa, invitándonos a renovar nuestra conciencia de pueblo.
Proponerse o reforzar un modo concreto el solidarizarse con los que más sufren en esta realidad que atravesamos.
Orar con fe para que podamos salir adelante privilegiando a los pobres, construyendo la paz y el bien común.

En el marco del 5° aniversario de la Encíclica “Laudato Sí” y en consonancia a los valores propuestos por el Papa Francisco en ella, respecto al reciclado y la reutilización de materiales desechables, en pos del cuidado del medioambiente, nuestra casa común.

Te invitamos hacer una bandera pequeña, del tamaño de una hoja A4, con materiales planos de desecho, respetando el color propio de cada uno, en coincidencia con los colores de nuestro Emblema. (Por ejemplo: para las franjas celestes podrán utilizar cualquier envase de fideos, harina, bolsas, etiquetas, etc. que se correspondan con el color celeste en cualquiera de sus gamas, cuanto más variadas mejor, aun conteniendo tipografía propia del envase. Lo mismo para la franja blanca y la construcción del sol.

ORACIÓN

Señor y Dios nuestro: al conmemorar un nuevo aniversario de la muerte del General Belgrano, te imploramos por la Patria rindiendo homenaje a la Bandera, símbolo de nuestra identidad y soberanía, que fuera izada por primera vez aquí, en la Villa del Rosario, a las orillas del Paraná.

Cada 20 de junio, nos reunimos para suplicarte una bendición que nos haga encaminar con esperanza hacia un futuro de prosperidad y de permanente paz social; y para darte gracias por este gran país que nos has dado, con su historia tejida de coincidencias y desencuentros.

Igual que ayer, nosotros buscamos vivir en libertad y prosperidad. Igual que ayer, queremos ser protagonistas de nuestro propio destino, sin admitir presiones foráneas que comprometan nuestra idiosincrasia, diluyendo los valores de las tradiciones más preciadas.

Al comienzo de nuestra historia como nación, los habitantes de este pródigo suelo supieron decidir su suerte. El empeño del pueblo patriota logró sacudir el yugo colonial, declarar la independencia y ofrecer apoyo a otros países hermanos para que también permanecieran libres. Aquellos hombres, como Don Manuel Belgrano, tenían ideales que les daban fuerza para emerger de los problemas y superar las derrotas.

Para imitar su ejemplo, te pedimos que conviertas nuestro corazón a fin de que todos asumamos con empeño la cuota de responsabilidad que nos corresponde y logremos juntos el porvenir que ansiamos.

A la sombra de la Enseña Patria, símbolo de unidad y grandeza, te rogamos por el bienestar y el progreso del país y de cada uno de sus habitantes, y comprometemos nuestro esfuerzo de convivir como hermanos a fin de alcanzar el anhelo común de justicia y de paz que todos llevamos en el corazón.

Guíanos hacia el destino que proyectaron nuestros mayores, promisorio y abierto al mundo, pero libre, soberano y respetuoso de los derechos de cada uno.

Que Nuestra Señora del Rosario interceda por la República, y nos alcance tu bendición. Amén.

Mons. Eduardo Mirás

Arzobispo emérito de Rosario

20 de Junio de 2005