2 de noviembre | Día de los Fieles Difuntos

“Nos detenemos con fe ante las tumbas de nuestros seres queridos, rezando también por los difuntos que nadie recuerda” [1]

La conmemoración de todos los fieles difuntos nos recuerda que la muerte no es el final, pero sí un paso más, el definitivo hacia la casa del Padre. Por eso, tenemos presentes en este día a quienes nos precedieron en el camino de la vida; algunos de ellos compartieron parte de ese camino con nosotros, otros son nuestros antepasados que recordamos con cariño, y a muchos de ellos no los hemos conocido.

El Papa Francisco nos señala que “el cementerio, es el «lugar del descanso» en espera del despertar final. Es hermoso pensar que será Jesús mismo quien nos despierte. Jesús mismo reveló que la muerte del cuerpo es como un sueño del cual Él nos despierta. Con esta fe nos detenemos —también espiritualmente— ante las tumbas de nuestros seres queridos, de cuantos nos quisieron y nos hicieron bien. Pero hoy estamos llamados a recordar a todos, incluso a aquellos a quien nadie recuerda”. [2]

Este año, nuestro pensamiento y nuestro sentir se dirige seguramente, de modo particular, hacia aquellos que no lograron superar el Covid-19, este virus que aún nos alarma y que devenido en pandemia nos ha hermanado tristemente a todo el mundo. Muchos de ellos lo padecieron luego de ofrecer su trabajo al servicio de los hermanos.

Elevemos hoy nuestra oración por todos los difuntos y encomendemos especialmente a aquellos que, muchas veces en soledad, han comenzado este año el sueño eterno, confiados en que su despertar será viendo el rostro resplandeciente de Jesucristo. 

---

[1] Ángelus del Papa Francisco el 2/11/2014.

[2] Ibíd.