Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia

“Amputar la historia nos podría hacer perder la memoria, uno de los pocos antídotos para no cometer los mismos errores del pasado”. Papa Francisco

Que ante los desafíos de paz, fraternidad y Bien Común que tenemos por delante, en medio de tanta incertidumbre, dolor, desamparo, seamos capaces de mirar la historia, no para quedarnos anclados al rencor que inmoviliza, sino a la capacidad de ver lo acontecido para no volver jamás a cometer los errores del pasado, que sembraron muerte y pusieron a prueba nuestra esperanza.

A 45 años del periodo más cruento e infame de la historia argentina, tengamos el coraje suficiente para hacer oír nuestra voz ante cualquier acción que pueda instrumentar la violencia como forma de obrar del Estado y como modo de promover cambios sociales al precio del enfrentamiento fratricida.

Recientemente en Irak, el Santo Padre recordaba que “los signos del poder destructivo de la violencia, del odio y de la guerra. Cuántas cosas han sido destruidas. Y cuánto debe ser reconstruido. Nuestro encuentro demuestra que el terrorismo y la muerte nunca tienen la última palabra. La última palabra pertenece a Dios y a su Hijo, vencedor del pecado y de la muerte”.

En este Día de la Memoria por la Verdad y la Justicia, nos encomendamos a Dios, para que su palabra nos anime a construir un presente sin odios. A Él encomendamos a los que no han regresado jamás a casa. A Él encomendamos nuestra memoria y nuestro presente.