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16 de agosto | El Papa y la Acción Católica

Queridos Adultos:

Continuando con la celebración de los 90 años de nuestra querida Acción Católica Argentina, compartimos las orientaciones que los distintos Papas nos han regalado a través de documentos, cartas y mensajes, a lo largo de este tiempo.

Les proponemos entonces caminar, rumiar, testimoniar, rezar, celebrar y conocer también los distintos apostolados que se han hecho y se hacen en la Institución.

Este lunes, compartimos dos puntos del capítulo 1 de la Exhortación Apostólica Gaudete et exsultate del Papa Francisco.

Para leer y rumiar….

Los santos de la puerta de al lado

6. No pensemos solo en los ya beatificados o canonizados. El Espíritu Santo derrama santidad por todas partes, en el santo pueblo fiel de Dios, porque «fue voluntad de Dios el santificar y salvar a los hombres, no aisladamente, sin conexión alguna de unos con otros, sino constituyendo un pueblo, que le confesara en verdad y le sirviera santamente»[3]. El Señor, en la historia de la salvación, ha salvado a un pueblo. No existe identidad plena sin pertenencia a un pueblo. Por eso nadie se salva solo, como individuo aislado, sino que Dios nos atrae tomando en cuenta la compleja trama de relaciones interpersonales que se establecen en la comunidad humana: Dios quiso entrar en una dinámica popular, en la dinámica de un pueblo.

7. Me gusta ver la santidad en el pueblo de Dios paciente: a los padres que crían con tanto amor a sus hijos, en esos hombres y mujeres que trabajan para llevar el pan a su casa, en los enfermos, en las religiosas ancianas que siguen sonriendo. En esta constancia para seguir adelante día a día, veo la santidad de la Iglesia militante. Esa es muchas veces la santidad «de la puerta de al lado», de aquellos que viven cerca de nosotros y son un reflejo de la presencia de Dios, o, para usar otra expresión, «la clase media de la santidad»[4].

Exhortación Apostólica Gaudete et exsultate, Cap. 1, puntos 6 y 7.

Para rezar…

Haz, Señor, que siempre estemos en la búsqueda por alcanzar la santidad junto a los hermanos, especialmente de quienes no te han descubierto todavía. Amén.

Seamos reflejo de la presencia de Dios.

Para reflexionar

  1. A partir del bautismo, todos estamos llamados a la Santidad. ¿Cómo es nuestro caminar diario para cultivar la santidad en nuestras vidas? ¿Podrías contar qué sentimientos, gestos y acciones son favorables para alcanzarla diariamente?
  2. ¿Soy consciente de que la salvación no se realiza en forma individual? ¿Cómo lo manifiesto?
  3.   Pensá en personas conocidas de tu alrededor que por su esfuerzo y dedicación afirmarías que están transitando un camino de santidad. ¿Te animás a contar en las redes algo de sus vidas?

Compartiendo el caminar

Compartimos dos testimonios sobre María Silvina Gramajo, de la Acción Católica de Aguilares, diócesis de Concepción, quien, con alegría, humildad y perseverancia, realizó una permanente tarea de promoción institucional y de evangelización en su comunidad.

Mi nombre es Elena, y quería contarles como conocí a Silvina, ella era de la Acción de Católica de la ciudad de Aguilares, llego en un tiempo en donde el grupo de jóvenes de la Acción Católica de Catedral en Concepción, no se encontraba en un buen momento. Estaba decidida a sacarlo adelante, me contactó e hicimos las invitaciones a otros jóvenes; pero por mucho tiempo solo fuimos en las reuniones ella, mi hermana y yo. Me asombraba su perseverancia, su humildad y más que nada como hablaba del amor de Dios a sus hijos y a nosotros, era muy lindo y cálido escucharla.

A pesar de que mucho tiempo solo en las reuniones fuimos las tres, continuó presente cada sábado y de a poquito se fueron sumando otros jóvenes; luego organizó encuentros y nos hizo participar en un retiro que atrajo a más integrantes.

Ella ayudó para que el grupo vuelva a resurgir, siguió siempre presente en las diferentes actividades, dejó una gran huella en el corazón de cada uno, a través de su gran sonrisa y como trasmitía a partir de sus acciones y palabras su fe en Dios. Tenía realmente un don para atraer a las personas, siempre convocando a niños, jóvenes y adultos a su amada Acción Católica, que aún con el compromiso de su familia, trabajo y otros servicios que realizaba nunca la abandonó, siempre de pie como un verdadero “soldado de Cristo” que era.

Aún recuerdo algunas de esas reuniones de los primeros sábados, en el camarín de nuestra patrona la Inmaculada Concepción, llegando puntual, segura y alegre con todos sus apuntes y con algo para compartir.

Pedí su intersección cuando mi hermana se embarazó y aún sigo pidiendo por cada prima o amiga o compañera que se encuentra en la dulce espera para que ella las cuide y las acompañe.

Tu partida dejo una gran tristeza en todos los que te conocimos. No me olvidaré de ti amiga, estarás siempre presente en mis oraciones.

Elena Gómez – ACA Catedral de Concepción de Tucumán

* * * * *

“…con esas limitaciones… justamente así nos quiere Dios, falta que nosotros también queramos lo mismo” (María Silvina Gramajo)

No fuimos amigas íntimas, de compartir un café o charlas largas de cosas cotidianas en el comedor de casa, sin embargo, fuimos hermanas en Cristo, amigas en lo eclesial, de charlas largas y cortas en los pasillos del templo, en los encuentros, miramos jugar a nuestros hijos, Fernandito y Angie. Su nombre es sinónimo de alegría, sonrisa dulce, aunque en su corazón ocurran mil batallas, siempre dispuesta a ayudarte, a tenderte la mano, aunque esté muy ocupada hacía un lugarcito para ti, te ibas de su lado con la seguridad de que todo iba a estar bien. Recibí sus consejos, palabras de aliento, era como un motorcito que te lanzaba hacia adelante.

Recuerdo especialmente un día que estaba un poco abrumada por el trabajo y porque no encontraba cómo dar un tema que me propusieron en el “Siembra”, recurrí a ella, porque aunque era más chica que yo, sabía cómo devolverte la paz, y entre otras cosas me dijo: “…tu buen ánimo y sonrisa es el mejor regalo que puedes brindar a esos chicos”… Y el retiro fue un éxito.

Aún hoy puedo sentir su voz y veo su rostro sonriente, inevitablemente unida a Diego Díaz, y la vida me parece más liviana y con la compañía de ambos siento que todo es posible porque Dios nos bendijo con sus vidas.

Magdalena Nieva – ACA Catedral de Concepción de Tucumán

Hasta el próximo lunes…