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Santa Inés

El 21 de enero se celebra en Roma cada año la fiesta de santa Inés. En plaza Navona en el corazón de Roma se levanta la Iglesia en su honor, en el mismo lugar donde estuvo su prisión.

La historia de Inés, joven bonita, hija de una familia de ricos y nobles, estuvo signada por su fidelidad a Dios.

Propicio, hijo del gobernador de la época estaba enamorado de ella perdidamente, pero Inés ya tenía claro que su camino estaría junto a Cristo, su más profundo Amor.

Para el gobernador el rechazo a su hijo era una ofensa, entonces amenazó a Inés “aceptaba a Propicio o aceptaba el suplicio”. Inés permaneció fiel a su promesa.

El gobernador no dejó pasar su amenaza y comenzó a castigar duramente a la joven, Propicio que de verdad la amaba, frente a todos sus tormentos cayó muerto.

Su padre entonces pidió a Inés que intercediera por su hijo y la tradición cuenta que, frente a los ruegos de la niña, este volvió a la vida, razón por la cual acusada por hechicera murió martirizada en el año 304.

Cierto es, que la historia de Inés se mezcla tal vez con la leyenda, pero quizás haya que centrar nuestra mirada en esta joven de los primeros siglos del cristianismo que abrazó con dinamismo y fortaleza la cruz de Cristo y seguramente su estilo de vida y el de las primeras comunidades cristianas fue lo que en definitiva selló con su sangre.

Quien haya tenido el don de visitar las Catacumbas en Roma pudo asistir a ese viaje en el tiempo que nos remonta a una época fundacional e intensa como la que vivió Inés y percibe en el aire y espacio de estos lugares santos, cuanto debe haber sido el entusiasmo, el ardor, la fuerza de la fe que impulsaba a nuestros primeros hermanos a darlo todo por Cristo.

Hoy que la Iglesia nos invita a tener memoria del martirio, Inés, patrona del Área Aspirantes de Acción Católica debe revitalizar en nosotros, especialmente en nuestros chicos y chicas, el entusiasmo sincero, la pasión inagotable por el Evangelio de Jesús, por la fidelidad a Dios y el seguimiento de Cristo.