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25 de Mayo | Ponerse la Patria al hombro

La memoria de mayo nos señala el arrojo de quienes se fortalecieron en su humilde condición y no escatimaron sacrificios, renuncias, despojos y  hasta su muerte para el largo camino de construir un hogar para todos los de buena voluntad que poblaron este suelo”. Card Bergoglio. Tedeum 2011

Un nuevo 25 de mayo, día en que un grupo de ciudadanos inspirados en la necesidad de dar un paso trascendente, propusieron al mundo el nacimiento de una nueva nación, nos invita a la reflexión, a la profecía y a la esperanza.

Atravesamos días difíciles. En nuestra Patria hay mucho por hacer en medio de no poco pesimismo. La pobreza escandalosa que no para de crecer, la vida vulnerada en su derecho a nacer y vivir con dignidad, la precariedad de la ayuda que no alcanza frente a una inflación que no para de crecer, las fuentes de trabajo amenazadas, intereses mezquinos de todos los colores, posturas que se mecen entre el infantilismo y la soberbia, nos invitan a parar y realizar, desde el lugar de cada uno, un examen de conciencia ciudadana, que nos exija poner en el foco de este día, por delante de cualquier otra aspiración,  a nuestros hermanos más vulnerables y al Bien Común, que clama ser valorado.

Necesitamos ser Nación. Una nación que se construya con justicia, que asuma el compromiso con la verdad, que privilegie a los más pobres y no haga pactos suicidas con quienes lucran con el hambre de la gente, con su vacío existencial, con la destrucción del medio ambiente, con el oportunismo de los mercados.

Necesitamos ser Nación. Por eso, “todos, absolutamente todos, estamos llamados a revisar nuestros esquemas mentales y morales, para que puedan estar más en conformidad con los mandamientos de Dios y con las exigencias del bien común”(1) y ser capaces de gestar una nueva epopeya para nuestra Argentina.

Necesitamos ser Nación. Para ello, hay que “ponerse la Patria al hombro” y dejar atrás, las rivalidades necias, los protagonismos absurdos, la mezquindad de mirar con el lente de los propios intereses. Ponerse la Patria al hombro es ser capaz de construir consensos fundantes, más allá de las diferencias, es animarse al dialogo sincero sin que ninguna carta quede escondida en la manga, es hacer una opción “visceral” por el encuentro, donde el único límite, no sea un nuevo “vedetismo”, sino una sincera, honesta y justa vocación de servicio.

Que este 25 de mayo, cada uno de nosotros pueda renovar la esperanza y rescatar en aquellos ciudadanos comunes de 1810 el valor, casi insolente, de ponerse de pie, para hacer de esta tierra un país soberano, fraterno, inclusivo y respetuoso en la pluralidad.

Que este 25 de mayo sirva “para avivar el sueño memorable que nos acerca la historia de quienes nos precedieron, los que gastaron su vida para que pudiéramos estar aquí. Los que nos hermanaron en su amor a la Patria con su trabajo y lucha por ella, los que se dejaron inspirar en su fe para tener generosidad grande, entrega sin medida”. Card Bergoglio, Tedeum 2011

Que este 25 de mayo, sea un bendecido día de la Patria.

¡Jesús Señor de la historia!¡Te necesitamos!

 

 

(1) Papa Francisco-Mensaje del Santo Padre Francisco para el evento “Economy of Francesco” (Asís, Italia, 26-28 de marzo de 2020), 11.05.2019