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Prevención y solidaridad social ante el coronavirus, el dengue y el sarampión

CORONAVIRUS, DENGUE Y SARAMPIÓN

Prevención, serenidad, prudencia y solidaridad social

“Estoy cerca con la oración a las personas que sufren la actual epidemia de coronavirus y a todos los que los cuidan. Me uno a mis hermanos obispos para animar a los fieles a vivir este difícil momento con la fuerza de la fe, la certeza de la esperanza y el fervor de la caridad. Que el tiempo de Cuaresma nos ayude a todos a dar un sentido evangélico también a este tiempo de prueba y de dolor.” Papa Francisco, 8 de marzo 2020

En nuestro mundo globalizado e intercomunicado estamos atravesando días particulares. Ninguno de nosotros es ajeno a la información que circula tanto respecto a la pandemia del Coronavirus (COVID-19), como de la situación respecto al dengue y al sarampión en nuestro país.

La pandemia declarada ha llevado a tomar medidas extraordinarias. Frente a ello, la Iglesia argentina ha decidido suspender el Congreso Mariano Nacional y ha brindado orientaciones especificas en torno a la celebración Eucarística (Ver abajo ambos comunicados). También son varias las medidas preventivas en torno a las enfermedades locales que han circulado en los diversos medios de comunicación.

Como Acción Católica, parte del Pueblo de Dios que peregrinamos en esta querida tierra, queremos en primer lugar hacer llegar nuestra solidaridad y oración a los países más afectados a nivel mundial, y a las personas y familias que sufren estas enfermedades, en especial de aquellas cuya situación de vulnerabilidad por edad o situación social se encuentran más desprotegidos ante las medidas de prevención o de atención del sistema sanitario, ellos han de constituir nuestra principal preocupación.

También nos unimos de corazón, a los trabajadores de la salud y científicos que trabajan para contener las enfermedades, con dedicación, servicio y conciencia de bien, en los distintos hospitales, laboratorios y centros de salud.

 

Compromiso con la prevención

Es por eso, que invitamos a todos los niños y niñas, jóvenes, adultos y ancianos de nuestras comunidades con Acción Católica, a lo largo y ancho del país, a asumir una actitud responsable ante la prevención necesaria a nivel personal, familiar, grupal y comunitario. Será este otro modo de “abrazar todas las vidas, toda la vida” a lo largo de este año.

Esto implicará cumplir las normas y consejos que establezcan las autoridades civiles en todo el territorio, y aquellas particulares que puedan surgir en ámbitos privados de estudio o trabajo. Nuestro compromiso y vocación por el Bien Común exigen una conciencia clara en este tema y, a la vez, actitudes de solidaria responsabilidad.

 

Serenidad, prudencia y oración confiada

No es ajeno a ninguno de nosotros, que estas situaciones traen consigo ansiedad, temor o incredulidad. Ninguna de ellas contribuye al logro de enfrentar la situación que nos toca, para poder alcanzar el objetivo de que las enfermedades no se expandan, se logre su contención y las personas puedan no contagiarse o recuperarse si transitan la enfermedad.

Necesitamos ser agentes de serenidad y prudencia para ayudar donde cada uno de nosotros está, que circule la información correcta y que nuestros comportamientos sean signos de prudentes cuidados comunitarios.

De nada sirven noticias falsas, alarmistas o interpretaciones erróneas. Tampoco suma la indiferencia, el descrédito o la minimización.

Como personas de fe, ciudadanos de este mundo, confiamos a María y a Jesús-Señor de la Historia, los pasos de estos días, que nos invitan a vivir una Cuaresma  diferente y como señaló Francisco a “dar un sentido evangélico también a este tiempo de prueba y de dolor.”

¡Virgencita de Luján, Madre de los peregrinos, salud de los enfermos! ¡Rogá por nosotros!

  • INFO SOBRE LAS ENFERMEDADES

INFO CORONAVIRUS-DENGUE_SARAMPION

  • COMUNICADO DE LOS OBISPOS