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Alejandro “Tacho” Madero

UNA VIDA HECHA PASIÓN Y SERVICIO

Por Daniel Martini

Base documental: entrevistas propias a la esposa de “Tacho”, a su director espiritual y a su amigo, monseñor Casaretto. Cartas, borradores y documentos aportados gentilmente por la familia.


“La Acción Católica Argentina ha formado líderes y nos ha dado verdaderos santos. Son muchos en 60 años. Quiero recordar los últimos, con los cuales yo mismo he tenido la gracia de trabajar varios años. Quiero recordar al inolvidable y queridísimo “Tacho” Madero”.

Era una tarde de sábado aquella del 19 de octubre de 1991 en el porteño estadio de Obras. La Acción Católica celebraba 60 años de vida y no 75 como ahora. Nosotros teníamos apenas veintitantos y ni una sola cana. Éramos jóvenes sin más explicaciones y estábamos escuchando al cardenal Pironio, esa figura maravillosa de la Iglesia argentina de quien crecimos leyendo libros y a quien teníamos ahora frente a frente, contagiándonos su amor y su pasión por la Acción Católica.

“Miren, yo me permito hacer una confidencia esta tarde. Una de las últimas cosas que me dijo en Roma “Tacho” Madero, antes de venirse para Buenos Aires, cuando estuvo en la reunión del Pontificio Consejo para los Laicos fue, “ya no nos hablan más de la comunión diaria, de la misa diaria. Antes nos insistían mucho en esto” y a mí me quedó resonando esto como un testamento.

¿Quién era esta persona sobre la cual el cardenal Pironio se detenía una y otra vez para dar testimonio de conmovido afecto y eterna amistad? ¿Quién era este hombre a quien Pironio se atrevió a llamar “santo” frente a miles de dirigentes y militantes de la Acción Católica? ¿A través de quién Pironio nos dijo que la Acción Católica no es una escuela de santidad en sentido abstracto y teóricamente sino de forma concreta y real?. ¿De quién se valió, aquel día, el memorable hombre de Dios para recordarnos a vos -que lees este libro- y a mí que estoy escribiendo, que estamos llamados a ser santos y que para eso, en su Divina Providencia de Padre Bueno, dispuso mandarnos desde chicos a una muy buena escuela: la Acción Católica?

Demasiadas preguntas que se resumen en una sola: ¿Quién era “Tacho” Madero?
• Era un esposo extraordinario, fiel, cariñoso, delicado y tierno (esos son los adjetivos que le ponen terceros a su relación con “Chichita”). Quiere tanto a su esposa que, en el Vaticano durante su discurso de asunción como nuevo miembro del Pontificio Consejo para los laicos, no duda en dedicar un párrafo a su esposa a quien presenta “como la mujer más encantadora del mundo”.

Visto desde fuera, ese matrimonio era perfecto. Yo iba seguido a comer a esa casa y veía la familia reunida en un clima gozoso, de mucha alegría, de comunión. No recuerdo haber sido testigo de momentos tensos, de esos que se dan en todas las familias”

Mons. Jorge Casaretto (Obispo de San Isidro “y fundamentalmente, gran amigo de Tacho”)

En primer lugar, yo siempre he creído en “Tacho” como un tipo muy alegre, encantado con la vida. Y que creo que es, para mí, uno de los rasgos típicos del santo. El santo es alguien que está enamorado de la vida porque la vida que él vive es la vida que el Señor le ha presentado y él la ha abrazado con entusiasmo. Se veía mucho la alegría de la pareja, de cómo se realizaban mutuamente, de cómo se ayudaban mutuamente. Una realidad muy poderosa era “Tacho” como padre, como esposo, aún como profesional.

Padre Fernando Storni (Sacerdote jesuita, aquél con “Tacho” hablaba de su vida espiritual).

Alejandro Eduardo “Tacho” Madero nació el 10 de enero de 1929 en Tigre, provincia de Buenos Aires, uno de los 8 hijos del matrimonio del Ing. Eduardo Madero con Celina Lanusse. Parece que de chiquito era muy llorón y los hermanos más grandes, molestos, lo asustaban con tirarlo “al tacho de basura” si seguía llorando. Ahí le quedó el apodo con el que fue conocido por todos. Estudió la primaria en la escuela N°3 de Tigre y la secundaria en el colegio salesiano Santa Isabel de San Isidro. Se recibió de arquitecto en la UBA, en 1953. El 16 de enero de 1954, en la Catedral de San Isidro, se casó con Zulema Ezcurra (“nadie me dice Zulema, soy Chichita”) con quien estaba de novio desde hacía cuatro años.

• Era un padre generoso, ejemplar, afectuoso pero que sabe poner límites, muy compañero de los varones y profundamente enamorado de sus hijas. Es el primer educador de sus hijos en la fe y si de algo se gloría, es de poder ver el crecimiento en el compromiso apostólico de sus propios hijos.

Afortunadamente esta actividad de servicio a la Iglesia y a los necesitados –la de Chichita y él mismo- se ha arraigado en mi familia y es compartida por nuestros hijos: Alejandro en el Consejo Nacional de los Hombres de Acción Católica; Pablo en el Consejo Diocesano de los Hombres de Acción Católica; Francisco en la Pastoral Universitaria; Rosario en el Consejo Diocesano de Mujeres; Martín en el grupo de recuperación de drogadictos “Viaje de Vuelta”; Gonzalo promoviendo retiros espirituales en la UCA; Joaquín en el Consejo Diocesano de los Jóvenes de Acción Católica y Lucía como activa misionera y miembro de la Pastoral Juvenil parroquial”

Currículum escrito por el mismo “Tacho”

Tenía una sobreabundancia de paciencia y de ternura con los chicos. Para ellos nunca estaba cansado. Acompañaba a todos a sus partidos de fútbol, de rugby. Era el peluquero de todos, para que te des una idea. Eran ya todos grandotes que iban a la facultad, diez y media, once de la noche, Tacho llegaba muerto y le pedían que les corte el pelo. Y ahí se ponía con la tijera de peluquero y la toalla a cortarles el pelo hasta las 12 ó 1 de la mañana. Yo me daba cuenta que era el momento que Tacho utilizaba para hablar con cada uno de los varones”

Chichita Madero

Tenía un gran afecto con sus hijos. A mi era un tipo que siempre me impresionaba muy bien, de mucha presencia. Tenía mucho sentido del humor, se reía mucho. Era muy sensible a los chistes. Por ejemplo, organizaba sketchs en su familia, en su vida familiar, en las fiestas, representaciones… Con los hijos era muy compañero, los acompañaba al rugby, los iba a ver jugar, siempre se hacía tiempo para esas cosas. ¿Con las mujeres? Dicen que los padres tienen una debilidad por sus hijas mujeres. En el caso de Tacho, esto era manifiesto”

Monseñor Casaretto

El matrimonio tuvo 8 hijos: Alejandro (1954), Pablo (1957), Francisco (1959), Rosario (1961), Martín (1962), Gonzalo (1964), Joaquín (1968) y Lucía (1970). Todos casados enriquecieron la familia con 42 nietos.

• Era un profesional de excelencia, responsable, reconocido y solidario que al mismo tiempo que es uno de los principales directivos de uno de los estudios de arquitectura más importantes de la Argentina, no duda en poner gratuitamente esos talentos al servicio de la Iglesia construyendo monasterios, escuelas, casas de retiro no solamente sin cobrar sus honorarios sino también requiriendo y obteniendo donaciones a través de su dilatado contacto con el mundo empresario.

La preocupación de ser un buen profesional y de ayudar a otros a ser buenos profesionales, es una realidad muy poderosa en Tacho. Yo diría que él entendía la santidad como un querer hacer muy bien las cosas. Así era en su familia, en su profesión y hasta en la Acción Católica. El querer, por ejemplo, hacer muy bien una Asamblea. Con él, todas las cosas tenían que estar bien hechas”

Padre Fernando Storni

Me consta que él trabajó activamente en la recaudación del dinero porque él presidió –hasta su muerte- la comisión recaudadora. Después los siguió el Ingeniero Freixas. Si él puso dinero personal en la obra, eso no lo sé y probablemente no quiso nunca decirlo. Lo que sí sé, por ejemplo, es que él nunca cobró sus honorarios y eso es ya una donación muy importante para una obra de esa magnitud. Los honorarios del arquitecto jefe eran importantísimos”.

Monseñor Casaretto (Sobre la actuación de “Tacho” en la construcción de la Casa de Retiros de la Diócesis de San Isidro)

Apenas recibido, en 1953, ingresa al Estudio de Arquitectura de Aslan & Ezcurra como dibujante. Allí desarrollará toda su actividad profesional hasta alcanzar la Vicepresidencia de la empresa. En sus 38 años como proyectista, dibujante de Proyecto o Director de Obra participa en la construcción de grandes edificios de bancos y oficinas, plantas industriales, colegios, monasterios. Quizás una de las obras emblemáticas es el Estadio Monumental de River Plate. El Estudio realizó la primera remodelación en 1957 y la segunda en ocasión del Mundial de Fútbol de 1978. Quizás la más querida por él haya sido la última: la Casa de Ejercicios Espirituales de la diócesis de San Isidro, trabajo que dejó inconcluso ya que murió antes de su finalización.

• Era un destacado deportista en varias disciplinas. Llegó a tener proyección internacional en 1948 cuando clasificó para representar al país en Remo en los Juegos Olímpicos de Londres. Sin embargo, aún en esas circunstancias, toma decisiones que sostienen su escala de valores y las que eran sus prioridades en la vida.

Cuando clasificó para las Olimpíadas tuvo que poner en la balanza y finalmente decidió no ir. Porque le llevaba un tiempo enorme el entrenamiento que era todos los días. Estaba apurándose para poder recibirse y además ya estábamos de novios”

Chiquita Madero

Me impresionaban las múltiples posibilidades de este hombre que era un extraordinario esposo, un muy buen padre de familia de 8 hijos, un excelente profesional, un gran deportista y el Presidente Nacional de la Acción Católica, ¿de dónde saca tiempo para todo?, me preguntaba”

Monseñor Casaretto (En el libro “Laicos y santos en América”)

Tuvo nivel internacional de competición en remo y yachting. Son coincidentes los testimonios que recuerdan su última regata: fue la Admiral Cup de Inglaterra en 1973 desde donde viajó directamente a Tucumán para participar de las Asambleas y asumir su puesto como Presidente Nacional de la Acción Católica. En rugby llegó a jugar una temporada en la primera del San Isidro Club y también jugaba muy bien al tenis.

• Era un hombre de una profunda espiritualidad laical, eucarística y mariana.

Ante todo, era un hombre profundamente espiritual. Al decir esto, quiero decir que su primera mirada sobre las cosas, era una mirada desde Dios. Todas las situaciones las encaraba desde la fe, desde una profunda esperanza y buscando siempre el bien de los demás. Era cabalmente un hombre teologal”

Monseñor Casaretto (En el libro citado)

Su devoción a la Sagrada Eucaristía era serena y segura. Vivía una vida eucarística, de entrega, de adoración, de preocupación por los demás”

Padre Fernando Storni

Tenía un profundo amor por la Eucaristía, trataba de comulgar con mucha frecuencia y su oración no era una oración muy contemplativa, era una especie de oración muy funcional, en función de su vida. No era un místico, no era un contemplativo, era un cristiano que veía que si no rezaba, no podía hacer nada. Y eso lo vivía como una realidad muy honda en su interior”

Monseñor Casaretto

Era un hombre de gran esperanza y vivía fácilmente en la presencia de Dios. Cuando íbamos en auto al sur, les decía a los chicos “miren chicos, miren bien porque esto no se ve en otros lados, demos gracias a Dios y rezábamos o cantábamos”. Se había acostumbrado a rezar con los salmos y él decía que el salmo era la oración del laico pero en la vida cotidiana. Por ejemplo, mientras cortaba el pasto lo escuchabas cantar “Bendeciré al Señor en todo tiempo” o “saber que soy tu hijo Señor, alegra mi corazón”

Chiquita Madero

Monseñor Casaretto da fe del carácter mariano de su espiritualidad y Chichita aclara que con mucha frecuencia rezaban juntos, como matrimonio, el Santo Rosario. “Tratábamos de rezarlo todas las noches, en la cama aunque a veces estábamos fusilados y rezábamos una Salve. Le decíamos, Virgencita, vos nos entendés…”. La Vírgen está presente en sus últimas horas. “El día previo a su muerte era 8 de mayo –cuenta Chichita-, fiesta de la Vírgen de Luján. Fuimos juntos a misa de 7 a El Galpón. A la salida me agarró fuerte de la mano y me dijo: “la Vírgen dice que no te preocupes por nada, que toda va a salir bien”. Se murió a las 9 de la mañana del día siguiente”

• Fue un laico comprometido en la plantación de la Iglesia viviendo al extremo su vocación de miembro de la Acción Católica.

Gracias por tu cartita tan llena de gratitud, de cariño y de amor por la Iglesia. Se que has vivido, por gracia de Dios, toda tu vida entregando tus fuerzas a la Iglesia.

Carta personal del Cardenal Pironio del 4 de junio de 1990

Yo asumiendo, en la medida que puedo, la representación de la Iglesia argentina, además de mi testimonio personal, te agradezco muy profunda y sentidamente tu incansable y ardiente amor por Ella. De muchas y -con frecuencia- heroicas maneras lo pusiste de manifiesto con tanto vigor como modestia.”

Carta personal de monseñor Moledo el 6 de enero de 1977

Tú has sido en mi vida uno de los grandes modelos de evangelizador y de laico comprometido”

Carta personal del Cardenal Pironio del 4 de diciembre de 1988

Era un hombre profundamente eclesial. Después del Concilio los laicos encaminaron su acción de diversas maneras. Algunos tomaron la política como campo de trabajo. “Tacho” hizo una opción muy clara por la renovación del laicado en conformidad con el Vaticano II y desde su trabajo en instituciones de Iglesia, especialmente en la Acción Católica, sintió un llamado muy profundo de Dios para dedicarse a la renovación del laicado”

Monseñor Casaretto en el libro citado

Cuando nos fuimos a vivir a Martínez, el obispo monseñor Aguirre armó una misión diocesana. Creo que Tacho pasó toda esa misión casi sin parar en casa. Recorría el barrio con el entonces padre Galán y con monseñor Devoto. Para esa misión conseguimos un terreno en Acassuso para construir un Centro Misional y allí Tacho y sus amigos, con sus propias manos, armaron un Galpón que fue la iglesia vieja, “el Galpón de Acassuso”. Todavía hoy, muchos llaman así a la parroquia Santo Domingo de Guzmán”

Chiquita Madero

Cuando se enteró que empezaba a trabajar con jóvenes, vino con Chichita y me dijo “mirá, conmigo contá para lo que quieras, desde trasladar jóvenes en auto hasta lo que se te ocurra”. Así empezamos a armar cursos de formación para jóvenes y él cumplió su palabra. Tenía una camioneta Ford y metía allí unos 15 jóvenes y los llevaba a cada uno a su casa. En esa época, era Presidente Nacional de la Acción Católica”

Monseñor Casaretto

A los 9 años, como aspirante, ingresa a la Acción Católica y desde aquel entonces hasta su muerte, nunca dejaría la Institución por la que llegó a ocupar las más altas cargas posibles para un laico en la Iglesia. Fue presidente nacional de los Hombres de Acción Católica entre 1967 y 1970, Vicepresidente de la Junta Central entre 1970 y 1973 y Presidente Nacional entre 1973 y hasta 1977. Fue delegado argentino en el Congreso Mundial de Laicos de 1967 y en la Consulta Mundial de Laicos de 1975. Fue miembro de las Comisiones Nacionales para las prioridades Familia y Juventud de la Conferencia Episcopal Argentina entre 1977 y 1985. En 1980, junto con otros dirigentes, promueve la creación del Departamento de Laicos de la CEA (el DEPLAI) que nacerá oficialmente en 1984. Entre 1983 y 1986 es Coordinador del Departamento de Laicos del CELAM. En 1990 es designado miembro del Pontificio Consejo para los Laicos en el Vaticano y sólo puede participar en su primera reunión de noviembre ya que fallece pocos meses después.

• Era un hombre alegre, feliz…

El rasgo más saliente de su personalidad es que era un tipo alegre, encantando con la vida. Y ese es, para mí, uno de los rasgos típicos del santo”

Padre Fernando Storni

¡Siempre estaba bien! De esos tipos que siempre tienen una actitud esperanzadora, un tipo animoso, nunca recuerdo haberlo visto deprimido ni quejoso. Tenía además un exquisito sentido del humor. Utilizaba el humor como vía de escape en las situaciones tensas. Siempre tenía un chiste a mano”

Monseñor Casaretto

• Era un hombre de fe y esperanza probada en el dolor.

Tenía una disponibilidad total a la Voluntad de Dios, una tranquila aceptación y una actitud positiva frente a la enfermedad. Dos veces tuvo cosas serias de salud: una vez cuando lo operaron para sacarle un riñón que finalmente no era cáncer sino un cálculo en el uréter y otra vez cuando lo operaron del corazón a los 50 años. Las dos veces, vivimos el momento en familia con mucha alegría. El día anterior a la internación hacíamos una comida en casa y un sacerdote le daba la unción de los enfermos frente a todos sus hijos. Todo con mucha serenidad y alegría”.

Chiquita Madero

Cuando estuvo Joaquín enfermo, fue la primera vez que además expresó muchas veces su dolor. “No puedo estar adentro” decía cuando le hacían un estudio espantoso. “Mirá, me doy cuenta que la fuerte de la familia sos vos, ¡qué haría yo con ese chico ahora si vos no estuvieses!. Vos te quedás sentada con él, lo paseas, le conversas y yo no puedo hacer otra cosa que quedarme llorando”. “Y yo tampoco” le contestaba. Mi lugar para llorar era la ducha”.

Chichita relatando la enfermedad de su hijo, diagnosticada inicialmente como terminal. Joaquín finalmente se recuperó

Sí, ahí ví que estaba con una preocupación muy grande. Estaba muy religioso en eso y pidiendo casi un milagro. Y de hecho el milagro casi se hizo porque el chico tenía perspectivas médicas no demasiado buenas. Y sin embargo, salió adelante. El expresaba esa preocupación en una oración más intensa, en tener más tiempos de oración”.

Monseñor Casaretto sobre Tacho y la enfermedad grave de su hijo

• Vivía con hechos más que con palabras un decidido compromiso con los más pobres.

Tenía un compromiso muy serio con los pobres. Un compromiso, por ejemplo, de ir a trabajar un sábado o un domingo para levantar la casa de una familia pobre. Ponían plata propia para ayudarles a construir las casas. Pero lo que es importante es que en esto, él lo que veía eran signos de Dios. El veía que cuando se le presentaban algunos pobres concretos y determinados, el veía como que se los mandaba Dios. Que por eso tenían que ocuparse de esto, que asumir eso como un designio de Dios. De alguna manera veía el rostro de Jesús en esta gente que aparecía en su vida”.

Monseñor Casaretto

Teníamos un grupo de amigos que cada uno sacó una familia de la villa. El cura elegía una familia, venía a nuestra casa y nos presentaba. Yo salía con la señora a buscar terrenos y una vez que lo comprábamos Tacho ayudaba al padre de familia a construir la casa. Nosotros tuvimos que sacar un crédito y poner como garantía mi casa porque en aquél momento no teníamos dinero y ésta familia nos pagaba cuotas simbólicas. Lo importante es que esa familia fue con el correr de los años como una parte de nuestra propia familia”.

Chiquita Madero

• Era un hombre con hambre y sed de justicia.

Estamos en el mundo y desde el mundo nos preocupa la violencia y trabajamos por la paz, nos preocupan las injusticias y queremos ser justos para desterrarlas. Queremos un mundo nuevo, una Civilización del Amor, un mundo de paz donde Cristo sea Rey, los hombres sean hermanos y puedan trabajar, la familia sea Iglesia doméstica y pueda evangelizar, donde la Iglesia sea sacramento de salvación”

Discurso de “Tacho” en el 50° aniversario de la ACA, año 1981

• Era un hombre de corazón puro.

Nunca he tenido demasiado apego a términos como director espiritual porque considero que cada uno debe hacer su propia vida espiritual, así que no creo haber sido nunca su director espiritual. El principio de mi relación con los demás es la libertad más extrema. ¿Si era el sacerdote con que se confesaba y conversaba las cosas de su vida espiritual?. Si, más bien lo último. No sé si se confesó muchas veces conmigo… Por una parte porque parecía que no necesitaba confesarse. Como él mismo decía en broma y riéndose, “varios curas me han dicho que les parece que yo nunca he cometido un pecado mortal”. ¿Si esta afirmación tenía fundamento real?. Nadie puede decir que conoce el corazón de un hombre. Ahora, hasta donde yo pude saberlo, esta afirmación era verdad”.

Padre Fernando Storni

• Era un hombre que trabajaba por la paz. En los convulsionados años ´70, condenaba la violencia venga de donde venga y cualquiera sea su signo ideológico.

Yo diría que era un furibundo antiviolento. El no estuvo ni con la guerrilla ni estuvo con la represión, claramente. Era un antiviolento por naturaleza. Entonces, como de alguna manera, los grupos guerrilleros eran protagonistas de la violencia, eso no lo podía aceptar y tampoco podía aceptar la actitud de los militares en todo el orden represivo. Hablábamos mucho de esas cosas. Los dos estábamos en la misma posición, absolutamente.

Monseñor Casaretto

• Por su fidelidad al compromiso laical asumido en la Iglesia y en el mundo fue criticado, sufrió la condena injusta y el prejuicio de algunos sectores.

La gente ideológica lo criticaba. De uno y otro bando. Había gente de derecha que lo veía a “Tacho” que no apoyaba las acciones de los militares en la represión. Cuando en aquel momento había mucha gente que tenía un claro apoyo a todo lo que hacían los militares, particularmente aquí en San Isidro. Y lo mismo la gente de izquierda que creía que lo que él hacía no era “ni chicha ni limonada”. Que no generaba ningún cambio profundo ni en la Iglesia ni en la realidad del país. Por eso también, había gente que lo criticaba mucho a “Tacho” porque no asumía compromisos de carácter ideológico. Yo me acuerdo que un dirigente de izquierda un día lo criticó muy fuerte: “Tacho cree que con la Acción Católica va a solucionar los problemas del país y por ese camino no se va a ninguna parte”. O críticas por el hecho de formar dirigentes, dedicarse a formar jóvenes, como que el jóven sin acción era menos jóven”

Monseñor Casaretto

El vivía en 1990 pensando la Iglesia del año 2000. ¿Te parece pensar tanto en el año 2.000 cuando estamos en 1990, cuando falta tanto?. Es que no es sólo para lo inmediato que trabajamos. Hay que tener una Iglesia y un pensamiento para adelante. Si no, no hubiera habido un Concilio. Y él pensaba que del Concilio se había aplicado todavía muy poco, que quedaba mucho por hacer. Que había que tener una Iglesia muy distinta. Y te imaginás que para muchos adentro de la Iglesia, ese pensamiento era digno de ser criticado. Pero a él no le importaban las críticas. En el sentido que él se presentaba tal cual era y no le importaba el qué dirán”

Chiquita Madero

• En definitiva, como el matrimonio Beltrame Quatrocchi, como Pina Suriano, Alberto Marvelli y tantos santos que Dios ha querido regalarle a la Iglesia a través de la Acción Católica, no hay en la vida de “Tacho” acontecimientos extraordinarios. Hay sí, una vida cotidiana, ordinaria vivida en una forma extraordinaria, fuera de lo común. Y es quizás por eso que su ejemplo se hace abordable y cercano para quienes no somos otra cosa que esposos, padres de familia, profesionales o trabajadores y laicos comprometidos en la vida de la Iglesia, a través de la Acción Católica o de tantos movimientos.

Sí, yo tuve la sensación de estar viviendo con una persona distinta. Sobre todo por su capacidad de servicio: el tipo encontraba tiempo para todo y todo era una misión servicial y nunca dejó de hacer nada. Siempre con una actitud de disponibilidad. Era propiamente, un tipo fuera de serie”

Monseñor Casaretto

PASIÓN Y SERVICIO

Los militantes de Acción Católica viven su gran pasión: servir a Cristo en su Iglesia, sufrir con ella, alegrarse con ella, gozar con ella. Nos apasiona anunciar el Evangelio porque en El se encuentra el poder capaz de hacer nuevas las cosas y las personas. Nos apasiona la Iglesia de Cristo, su misión evangelizadora, su mensaje de salvación y amor y nos apasiona de tal manera que con ella nos comprometemos con un compromiso tan serio y profundo que transforma nuestra vida: es un compromiso que asumimos por toda la vida. Y lo que más nos conmueve es su llamado: “no me eligieron ustedes, yo los escogí”

Discurso de “Tacho” en la celebración del 50° aniversario de la ACA, año 1981

PRIMAVERA DE LA ACCIÓN CATÓLICA

En Tucumán de 1973, decía el Padre Moledo que la Acción Católica resurgía como la braza que se enciende al remover las cenizas. Hoy en Buenos Aires, podemos decir que ésta es la plena primavera de la Acción Católica, llena de flores que surgen de cada capullo. Primavera de una institución que ya anticipa los frutos, por el esplendor de sus flores, por lo profundo de sus raíces”

Discurso de despedida como Presidente Nacional, en las Asambleas de Buenos Aires, Luna Park, 18 de junio de 1977