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21 de Junio | ¡Feliz Día del Padre!

Un nuevo Día del Padre nos sorprende en un escenario inédito y diverso en toda nuestra Patria. No obstante, es un día para celebrar, recordar y bendecir a los varones que asumen con entrega generosa su rol de padres en cada familia.

Dónde se pueda, según la fase corresponda al aislamiento o al distanciamiento, habrá pequeños encuentros presenciales o virtuales. Habrá también una oración que suba al cielo por los que ya no están. Habrá abrazos y recuerdos. Todos gestos para celebrar una tarea, una misión que abraza la vida en cada hijo, en cada hija, para proteger, animar, dar horizontes a esa comunidad de amor que es la familia.

Deseamos, entonces, a todos los buenos padres ¡un bendecido día juntos a sus hijos e hijas! y también rezamos por aquellos que hoy guardamos en nuestro corazón.

¡San José, padre adoptivo de Jesús, rogá por todos ellos!, guialos en sus búsquedas del bien, acompañalos en sus luchas diarias, sostenelos frente a los desafíos de este presente y del porvenir. Amén

Un corazón sabio

«Toda familia tiene necesidad del padre. Hoy nos detenemos en el valor de su rol y quisiera comenzar por algunas expresiones que se encuentran en el Libro de los Proverbios, palabras que un padre dirige al propio hijo, y dice así: “Hijo mío, si tu corazón es sabio, también se alegrará mi corazón. Mis entrañas se regocijarán, cuando tus labios hablen con rectitud’. (Pr 23,15-16).

No se podría expresar mejor el orgullo y la conmoción de un padre que reconoce de haber transmitido al hijo lo que de verdad cuenta en la vida, es decir, un corazón sabio.

Este padre no dice: “estoy orgulloso de ti porque eres igual a mí, porque repites las cosas que digo y que hago yo”. No, no le dice esto. Le dice algo mucho más importante, que podríamos interpretar así: “seré feliz cada vez que te sentiré actuar con rectitud. Esto es lo que he querido dejarte, para que se transforme en una cosa tuya: la actitud de escuchar y actuar, de hablar y juzgar con sabiduría y rectitud. Y para que tu pudieras ser así te he enseñado cosas que no sabías, te he corregido errores que no veías. Te he hecho sentir un afecto profundo y a la vez discreto, que quizás no has reconocido plenamente cuando eras joven e incierto. Te he dado un testimonio de rigor y de firmeza que a lo mejor no entendías, cuando hubieras querido solamente complicidad y protección. Yo mismo he debido, en primer lugar, ponerme a la prueba de la sabiduría del corazón y vigilar sobre los excesos del sentimiento y del resentimiento, para llevar el peso de las inevitables incomprensiones y encontrar las palabras justas para hacerme entender. Ahora – continúa el padre – cuando veo que tratas de ser así con tus hijos y con todos, me conmuevo. Soy feliz de ser tu padre”. Es esto lo que dice un padre sabio, un padre maduro».

Papa Francisco, 4 de febrero de 2015.