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14 de junio | El Papa y la AC

Queridos Adultos: Llegaron los 90 años de nuestra querida Acción Católica Argentina y hemos festejado en nuestras diócesis, parroquias y comunidades.

Continuando con la celebración, compartimos las orientaciones que los distintos Papas nos han regalado a través de documentos, cartas, mensajes, etc, a lo largo de estos 90 años.

Les proponemos entonces caminar, rumiar, testimoniar, rezar, celebrar y conocer también los distintos apostolados que se han hecho y se hacen en la Institución.

Este lunes, compartimos parte del mensaje de San Juan Pablo II a los participantes en la Asamblea Extraordinaria de la Acción Católica Italiana el 8 de setiembre de 2003.

Para leer, rumiar y reflexionar

La Iglesia no puede prescindir de la Acción Católica”, os dije el año pasado, durante vuestra undécima asamblea. Os lo repito al final de un año particularmente intenso, dedicado al camino de renovación de la Acción Católica Italiana. La Iglesia os necesita; necesita laicos que en la Acción Católica hayan encontrado una escuela de santidad, en la que hayan aprendido a vivir el radicalismo del Evangelio en la normalidad diaria….en la escuela de la Palabra y en la mesa de la Eucaristía; un gimnasio donde se entrena en el ejercicio del amor y del perdón, para aprender a vencer el mal con el bien, para tejer con paciencia y tenacidad una red de fraternidad que abarque a todos, sobre todo a los más pobres.

La Iglesia os necesita, porque habéis elegido el servicio a la Iglesia particular y a su misión como orientación de vuestro compromiso apostólico; porque habéis hecho de la parroquia el lugar en el que cada día vivís una entrega fiel y apasionada. De este modo seguís manteniendo vivo el espíritu misionero de las mujeres y los hombres de la Acción Católica que, con humildad, de forma oculta, han contribuido a hacer más vivas las comunidades cristianas en las diversas partes del país.

La Iglesia os necesita, porque la Acción Católica es ambiente abierto y acogedor, donde todos pueden expresar su disponibilidad al servicio y encontrar ocasiones útiles de diálogo formativo, en un clima adecuado para favorecer opciones generosas. En vuestra asociación hay testigos y maestros dispuestos a acompañar el camino de los hermanos hacia una fe convencida, madura y capaz de dar testimonio en el mundo.

La Iglesia os necesita, porque no dejáis de mirar al mundo con los ojos de Dios, y así lográis escrutar nuestro tiempo para descubrir en él los signos de la presencia del Espíritu. Tenéis en vuestra tradición grandes testimonios de laicos que han dado una contribución determinante al crecimiento de la ciudad del hombre”.

San Juan Pablo II a los participantes en la Asamblea Extraordinaria de la Acción Católica Italiana, 8 de setiembre de 2003.

Para compartir en la vida de grupo

1-El papa nos dice: “La Iglesia no puede prescindir de la Acción Católica”.  “La Iglesia os necesita” ¿Qué aporte hacemos a la Iglesia como miembros de la ACA?

2- En la situación actual ¿Qué acciones llevamos a cabo para atender las necesidades actuales? ¿Cuál es mi aporte individual?

3- ¿Qué hemos aprendido en la ACA Escuela de Santidad para la vida cotidiana y para la vida social? ¿Cómo hemos aplicado lo aprendido?

4- ¿Mantenemos vivo ese Espíritu Misionero que nos identifica como Acción Católica en salida en nuestros grupos parroquiales? ¿Como lo implementamos?. ¿Con  qué medios?

5- ¿Estamos incorporados a la pastoral parroquial/diocesana para misionar en las circunstancias actuales? Si respondiste en forma negativa, pensar cómo llevarlo a cabo de manera concreta.

Para rezar…

“Que Maria Madre de la Iglesia nos sostenga en este compromiso de ser discípulos misioneros al servicio a la comunidad….

A lo largo de los 90 años de nuestra ACA, hemos tenido y seguimos teniendo muchos testimonios de laicos, discípulos misioneros comprometidos. Rezamos por ellos y sus familias, por las comunidades que tienen o han tenido la gracia de contarlos en ellas.

Compartiendo el rumiar y el caminar

Testimonio de Alicia Maquiel, grupo de Adultos Mayores de la parroquia Santa Rosa de Lima de Rosario.

En la Parroquia Santa Rosa de Lima, de la ciudad de Rosario, se había implementado la Noche de Caridad. La misma estaba destinada a visitar a personas en situación de calle, alcanzándoles una merienda. A partir del año 2016, la Acción Católica asume el compromiso y decidimos hacer cenas.

Para poder llevarlo a cabo, cada uno de los miembros contribuimos con dinero. Hubo que comprar cacerolas, termos, materiales descartables para envasar las viandas, tenedores, servilletas, papel film para sellar cada envase. También elementos de limpieza para limpiar lo utilizado y por supuesto la mercadería con la que preparamos las viandas. Carnes de vaca o pollo, verduras, arroz, fideos y los condimentos, aceite, tomates en lata, etc. En un comienzo fue todo costeado por nosotros, pero luego, recibimos ayudas de varias señoras de la comunidad parroquial y la presidenta de Cáritas también aportaba mercadería. También compramos y acondicionamos dos canastos grandes de plástico, con manijas, para colocar las viandas.

La salida era acompañada siempre por el párroco, padre Luis Boccia, los vicarios que hubo en ese tiempo, los padres Marcelo Bertollo, Osvaldo Raigal, Guillermo De Rico y Alejandro Mussarella, y se contaba con la gran colaboración del grupo scouts. Los sacerdotes y también los laicos daban no sólo la comida sino también un mensaje evangélico; y en algunos casos orientación para hacer algún trámite. En otras ocasiones, también se les proveyó ropa, calzados, etc…

Durante la época navideña el menú era festivo. Generalmente el postre era fruta, o postrecitos que hacían los scouts; pero para Navidad, les llevábamos pan dulce o budines. Durante todos esos años hicimos cerca de 35 cenas. En un inicio con 25 viandas, pero recrudeció la necesidad y llegamos a entregar 50.

En el año 2020, debido a la pandemia, decidimos donar los alimentos almacenados para las cenas a la Parroquia María Auxiliadora, dónde se instaló una cocina centralizada. En ella, hubo también alrededor de 15 miembros de AC de distintas parroquias colaborando. Cómo no íbamos a hacer las cenas, le donamos a nuestro párroco dinero para material descartable para las personas que recibían la comida en el hall o el comedor parroquial.

¡Alabado sea Jesucristo! que nos permitió servir a nuestros hermanos más necesitado.