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Santa María Goretti

La familia de María era numerosa y muy pobre. En busca de mejores oportunidades como tantos seres humanos de todos los tiempos, emigraron a otra ciudad en busca de mejores posibilidades. Así se afincaron en la campiña romana, junto a otra familia con quien compartían la humilde casa. Al poco tiempo su padre falleció y esto dejó a su esposa al frente de
los compromisos con los patrones.

No era fácil para la familia organizarse ante esta nueva situación, la mamá de María partía cada amanecer a trabajar al campo y dejaba al cuidado de su hija mayor al resto de los chiquitos. Pero en la casa la convivencia no era fácil ya que Alejandro, hijo de la otra familia, intentaba seducir a María y quería que tuviera relaciones con él. María no quería ceder a esta propuesta por lo cual el joven intentó violarla cuando la encontró sola y ante la resistencia de la niña la hirió de muerte, por lo cual veinticuatro horas después fallecía en el hospital del pueblo, en compañía de su madre y teniendo entre sus manos la medalla de la Virgen Milagrosa.

Dado que el testimonio de la vida de María Goretti es de los primeros años del siglo XX, es más fácil acceder a detalles de la vida de esta joven y de su martirio, del que deseamos destacar la valentía para defender su pureza y sus principios de vida, su capacidad de perdonar al agresor, tal como se lo dijo a su madre, quien además presenció la beatificación y santificación de su hija en 1950.

En tiempos donde la pureza parece cuestionada y por momentos como pasada de moda, volver los ojos y el corazón hacia la vida de esta joven nos ayuda a pensar en la necesidad de tener muy claro los motivos por los que vivimos, los ideales en los que creemos, la serenidad para enfrentar los desafíos de cada día y aún aquellos que inesperadamente nos pueden salir al encuentro.

La pureza no es un adorno, ni un emblema, es simplemente la coherencia de una vida que valora su cuerpo como templo del Espíritu Santo, que se prepara para vivir la dimensión verdadera del Amor en la entrega fecunda de la virginidad o del matrimonio.