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19 de julio | El Papa y la Acción Católica

Queridos Adultos:

Continuando con la celebración de los 90 años de nuestra querida Acción Católica Argentina, compartimos las orientaciones que los distintos Papas nos han regalado a través de documentos, cartas y mensajes, a lo largo de este tiempo.

Les proponemos entonces caminar, rumiar, testimoniar, rezar, celebrar y conocer también los distintos apostolados que se han hecho y se hacen en la Institución.

Este lunes, compartimos el mensaje del Papa Francisco para el Día Internacional de las personas con discapacidad, San Juan de Letrán, 3 de diciembre de 2020.

Para leer y rumiar….

(…) Todos estamos en la misma barca en medio de un mar agitado que puede asustarnos; pero en esta barca a algunos les resulta más difícil, entre ellos a las personas con discapacidades graves.

La cultura del descarte afecta principalmente a los sectores más frágiles, entre los que se encuentran las personas con discapacidad.  La conciencia de la dignidad de cada persona ha aumentado, lo que ha llevado a tomar decisiones valientes para la inclusión de cuantos padecen una limitación física y/o psíquica. Sin embargo, todavía subsisten en el sustrato cultural demasiadas expresiones que contradicen de hecho este enfoque. Debido también a una mentalidad narcisista y utilitarista, se constatan actitudes de rechazo que conducen a la marginación, sin considerar que, inevitablemente, la fragilidad pertenece a todos.

En realidad, hay personas con discapacidades incluso graves que, aún con gran esfuerzo, han encontrado el camino hacia una vida buena y rica de significado, como hay muchas otras “normalmente dotadas” que sin embargo están insatisfechas, o a veces desesperadas. “La vulnerabilidad pertenece a la esencia del ser humano”.

Por lo tanto, es importante, promover una cultura de la vida, que afirme continuamente la dignidad de cada persona, en particular en defensa de los hombres y mujeres con discapacidad, de cualquier edad y condición social.

Que las comunidades parroquiales se comprometan a que se desarrolle en los fieles el estilo de acogida hacia las personas con discapacidad. Crear una parroquia plenamente accesible requiere no sólo que se eliminen las barreras arquitectónicas, sino que los parroquianos asuman sobre todo actitudes y acciones de solidaridad y servicio hacia las personas con discapacidad y hacia sus familias. El objetivo está en que lleguemos a dejar de hablar de “ellos” y lo hagamos sólo de “nosotros”.

Para “reconstruir mejor” nuestra sociedad es necesario que la inclusión de quienes son más frágiles comprenda también la promoción de su participación activa.

Que la voluntad común de «reconstruir mejor» pueda desencadenar sinergias entre las organizaciones tanto civiles como eclesiales, para edificar, contra toda intemperie, una “casa” sólida, capaz de acoger también a las personas con discapacidad, porque está construida sobre la roca de la inclusión y de la participación activa.

Papa Francisco, Mensaje para el Día Internacional de las personas con discapacidad, San Juan de Letrán, 3 de diciembre de 2020.

Para reflexionar

  1. Somos capaces de reconstruir mejor incluyendo a todos, nos animamos a salir de nuestra comodidad para hacer sentir cómodos a los otros
  • Vivimos nuestra identidad de adultos de la acción católica como discípulos misioneros facilitando la inclusión y la participación activa de las personas con discapacidad
  • Asumimos nuestro compromiso por construir una casa solida capaz de acoger a todos sin excluir a nadie

Compartiendo el caminar

Alicia Paz es miembro de ACA de la Arquidiócesis de Tucumán, parroquia La Victoria Basílica Nuestra Señora de la Merced, y nos relata cómo empezaron con el grupo de inclusión de personas con discapacidad en la comunidad como participantes activos, compartiendo actividades y haciéndolos parte…

«Nuestro grupo de jóvenes es un grupo integrado por chicos con y sin  discapacidad. Caminamos juntos hace muchos años, chicos con discapacidad auditiva, discapacidad mental, retraso madurativo, discapacidad motriz y sordo ceguera. Todo se fue dando de manera natural, todos pusimos de nuestra parte para poder: comunicarnos, compartir espacios comunes. aprendiendo lengua de señas, braille, manejar sillas de ruedas, andadores, y en esto de adaptarnos nosotros fuimos educando a nuestra comunidad parroquial y a nuestra Acción Católica Diocesana.

Yo me preocupaba y le decía a mi párroco, hoy nuestro Obispo: -Padre les brindó poca formación…¿Cómo misionamos?, hasta que comprendí que nos estábamos enriqueciendo muchísimo al aprender a jugar en la diversidad, a lanzarnos a hacer campamentos adaptados, a viajar para Asambleas, aprendimos a caminar, a hablar, a reír y tantas otras cosas de maneras nuevas, hermosas, con esfuerzo, con mucha paciencia, empatía y siempre de la mano de nuestra amada Virgen de la Merced.

Hoy algunos de esos jóvenes forman nuestro grupo de Adultos Jóvenes y continuamos con nuevos desafíos y con renovadas ganas.»

Alicia Paz

Nota: El testimonio de Alicia nos demuestra que la inclusión en nuestras comunidades es posible, sólo hay que animarse y salir al encuentro para reconstruirnos mejores.