13 de noviembre | VI Jornada Mundial de los Pobres
“Frente a los pobres no se hace retórica, sino que se ponen manos a la obra y se practica la fe involucrándose directamente, sin delegar en nadie”.
Papa Francisco
“Jesucristo se hizo pobre por ustedes” (cf. 2 Co 8, 9)
En un tiempo atravesado por el dolor de la guerra, que aunque distante en kilómetros nos hiere a todos, esta jornada nos viene a recordar la necesaria actitud de involucrarnos con nuestros hermanos y hermanas pobres para superar las condiciones injustas de una sociedad que derrocha y no distribuye con justicia los bienes de la tierra.
Es tiempo de poner MANOS A LA OBRA, cada uno en su lugar y en su comunidad.
- ¿ Qué harás? ¿Qué haremos?
El trabajo mancomunado con CÁRITAS, expresión orgánica de la pastoral de la Iglesia en cada una de nuestras comunidades, es el primer paso para obrar e involucrarnos desde nuestros grupos.
- ¿Qué necesita nuestra Cáritas parroquial y diocesana? ¿En qué podemos participar, sumar, colaborar?
Pero, además, ¿qué otras necesidades hay en la comunidad o en nuestros ambientes, dónde podemos aportar nuestro SERVICIO, sea propio o con otros? (En ONG barriales, en hogares, en las periferias de nuestra comunidad, en las cárceles o centros de recuperación de adictos, en los Hogares de Cristo o del Abrazo materno, etc).
- ¿Estamos atentos a esta realidad? ¿Qué organizaciones, instituciones abrazan la vida de los pobres en nuestra comunidad? Porque no “mapearlas” en el grupo y salir a encontrarse con ellas y ver qué podemos hacer juntos.
El Papa Francisco nos recuerda que el estilo de vida de Jesús nos señala que «lo que salva es la atención sincera y generosa que permite acercarse a un pobre como a un hermano que tiende la mano para que yo me despierte del letargo en el que he caído». Será bueno hacernos estas preguntas:
- ¿Cómo podemos ser signos del amor de Jesús que libera y da vida hoy en el barrio, la parroquia, los grupos de pastoral, los proyectos sociales?
- ¿Cómo podemos crecer en sobriedad, generosidad y solidaridad con los demás, y, en especial, con los que menos tienen?
Entre todos y cada uno de nosotros podemos hacer algo concreto para modificar la realidad. Como comunidad creyente en la Acción Católica y miembros de la sociedad civil, ciudadanos responsables, necesitamos cultivar los valores del Evangelio; como la justicia y la equidad, la libertad, la responsabilidad, la fraternidad y la solidaridad.
Somos discípulos misioneros de Jesús, por eso, estamos llamados a ser y actuar en la caridad, la fe y la esperanza, y a descubrir la gracia de vivir como hermanos trabajando codo a codo con nuestros hermanos más pobres para superar toda condición que atente contra la dignidad de sus vidas.