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¡Es Navidad! ¡Ha nacido el Salvador! ¡Jesús está aquí!

Ninguna Navidad es igual a la otra. No es un rito ni una fecha, es un acontecimiento que vuelve a anunciarnos en el tiempo que Dios está entre nosotros y que, desprovisto de toda ostentación, hace camino a nuestro lado desde la sencillez de un niño, nacido de mujer, por obra del Espíritu Santo, cuidado y custodiado por San José, el varón fiel y justo.

Hemos recorrido estas cuatro semanas de Adviento, preparando nuestro corazón para recibir a este Jesús que vino, viene y vendrá. Que viene siempre a nosotros para recordarnos el amor que Dios tiene por cada uno de nosotros, sus hijos e hijas. Viene para anunciarnos la buena noticia, aun en medio de un mundo herido necesitado de tanto amor. Él viene a hacer camino con nosotros y eso, renueva nuestra esperanza y nuestro compromiso.

Jesús, nos invita a ser hoy pesebres vivos en nuestras casas, en nuestros barrios, en nuestros grupos de Acción Católica para recibir a todos, para ser el lugar donde cada hermano, hermana encuentre el abrazo sincero, el consuelo, el acompañarnos en las alegrías y también en nuestras tristezas, para celebrar juntos lo bueno y lo no tan bueno que la vida trae consigo pero por sobre todo para abrirnos a ese amor misericordioso que Él viene a anunciarnos.

Celebremos esta Navidad con las puertas abiertas de par en par, seamos instrumentos, puentes, testigos, constructores de fraternidad y de paz, de esa paz tan anhelada y necesitada, desde lo concreto de nuestras familias, en los espacios de participación, lugares de estudios, en nuestras propias comunidades para construir y aportar a la paz del mundo. Necesitamos hacerlo juntos, necesitamos que todos pongamos nuestra parte.

Caminemos juntos, seamos testimonios del Evangelio del amor y de la Vida y hagamos posible ese cambio que necesitamos. Todo puede cambiar. Seamos instrumento para ello.

Una bendecida y santa Navidad para todos y todas, en la esperanza de que el año por venir sea una obra constante de acción de gracias y de compromiso para construir el Reino que Jesús nos trae con su nacimiento.

¡Alabado sea Jesucristo!

Señora de la Nochebuena

De todos los días: A la Virgen de la Noche Buena y la Paz

Señora de la Nochebuena, 

Señora del Silencio y de la Espera; 

esta noche nos darás otra vez al Niño.

Velaremos contigo hasta que nazca:

en la pobreza plena,

en la oración profunda, 

en el deseo ardiente.

Cuando los ángeles canten

«Gloria a Dios en lo más alto de los cielos 

y paz sobre la tierra

a los hombres amados por él»,

se habrá prendido

una luz nueva en nuestras almas, 

habrá prendido una paz inmutable 

en nuestros corazones,

y se habrá pintado 

una alegría contagiosa en nuestros rostros.

Y nos volveremos a casa en silencio:

iluminando las tinieblas de la noche,

pacificando la nerviosidad de los hombres

y alegrando las tristezas de las cosas.

Después en casa, 

celebraremos la Fiesta de la Familia.

Alrededor de la mesa, sencilla y cordial,

nos sentaremos los chicos y los grandes:

rezaremos para agradecer, 

conversaremos para recordar, 

cantaremos para comunicar,

comeremos el pan y las almendras que nos unen.

Afuera, el mundo seguirá tal como lo mismo. 

Tinieblas que apenas quiebran

la palidez de las estrellas. 

Angustias que apenas cubren 

el silencio vacío de la noche.

Tristezas que apenas disimulan

la lejana melodía de las serenatas.

En algún pueblo no habrá Nochebuena

porque están en guerra.

En algún hogar no habrá Nochebuena

porque están divididos.

En algún corazón no habrá Nochebuena

porque está en pecado.

Señora de la Nochebuena,

Madre de la Luz, Reina de la Paz, 

Causa de nuestra alegría, 

que en mi corazón nazca

esta noche otra vez Jesús.

Pero para todos:

para mi casa,

para mi pueblo, 

para mi patria, 

para el mundo entero.

Y sobre todo, 

fundamentalmente,

que nazca otra vez Jesús

para gloria del Padre. Amén.

Venerable Cardenal Eduardo Francisco Pironio

 Letanía del Niño Jesús.

Niño recién nacido
Te alabamos y damos gracias!
Niño Poderoso
Te alabamos y damos gracias!
Niño Amable
Te alabamos y damos gracias!
Niño Humilde
Te alabamos y damos gracias!
Niño Venerable
Te alabamos y damos gracias!
Niño Fiel
Te alabamos y damos gracias!
Niño Salvador
Te alabamos y damos gracias!
Niño  de nuestro consuelo
Te alabamos y damos gracias!
Niño Misericordioso
Te alabamos y damos gracias!
Luz de la Redención
Te alabamos y damos gracias!
Sol de la Verdad
Te alabamos y damos gracias!
Alivio del Pecador
Te alabamos y damos gracias!
Estrella del Alba
Te alabamos y damosgracias!
Alegría de los Justos
Te alabamos y damos gracias!
Templo de la Pureza
Te alabamos y damos gracias!
Templo de la Verdad
Te alabamos y damos gracias!
Luz de los Profetas
Te alabamos y damos gracias!
Maestro de los Apóstoles
Te alabamos y damos gracias!
Árbol de la Vida
Te alabamos y damos gracias!
Divino Emmanuel
Te alabamos y damos gracias!
Patriarca de Justicia
Te alabamos y damos gracias!
Corazón lleno de Bondad
Te alabamos y damos gracias!
Lucero de la Fe
Te alabamos y damos gracias!
Principio y fin de todas las cosas
Te alabamos Todos.

Preparar las letanías en papelitos para colocar debajo del plato de cada comensal de nuestra mesa navideña y rezarlo a modo de Acción de Gracias en la mesa familiar.