05 Nov CICLO AMORIS LAETITIA | EN LA VIDA Y MISIÓN DE LA ACCIÓN CATÓLICA
5. La contribución de la Acción Católica
El pequeño núcleo familiar no debería aislarse de la familia ampliada, donde están los padres, los tíos, los primos, e incluso los vecinos. En esa familia grande puede haber algunos necesitados de ayuda, o al menos de compañía y de gestos de afecto, o puede haber grandes sufrimientos que necesitan un consuelo. El individualismo de estos tiempos a veces lleva a encerrarse en un pequeño nido de seguridad y a sentir a los otros como un peligro molesto. Sin embargo, ese aislamiento no brinda más paz y felicidad, sino que cierra el corazón de la familia y la priva de la amplitud de la existencia. (AL, 187)
Para reflexionar:
- ¿Hemos descubierto que al asociar a niños, jóvenes, alumnos y trabajadores, personas de todas las generaciones y condiciones sociales, haciendo experimentar concretamente el sentido vivo de la comunidad y del amor por el propio país, la Acción Católica constituye un proyecto que está “al servicio” de las familias?
- Con nuestro recorrido formativo, ¿Contribuimos a hacer en modo que cada familia se sienta en la Iglesia como en casa, sea sostenida y acompañada en su camino y descubra el don del cual es portadora para la vida de la Iglesia y de toda la humanidad?
- Viviendo la Acción Católica, como “familia ampliada”, ¿Acompañamos a los necesitados de ayuda o consuelo? ¿Integramos a aquellos que atraviesan una dificultad particular?
Oración a la Sagrada Familia
Jesús, María y José
en vosotros contemplamos
el esplendor del verdadero amor,
a vosotros, confiados, nos dirigimos.
Santa Familia de Nazaret,
haz también de nuestras familias
lugar de comunión y cenáculo de oración,
auténticas escuelas del Evangelio
y pequeñas iglesias domésticas.
Santa Familia de Nazaret,
que nunca más haya en las familias episodios
de violencia, de cerrazón y división;
que quien haya sido herido o escandalizado
sea pronto consolado y curado.
Santa Familia de Nazaret,
haz tomar conciencia a todos
del carácter sagrado e inviolable de la familia,
de su belleza en el proyecto de Dios.
Jesús, María y José,
escuchad, acoged nuestra súplica.
Amén.
4. La alianza Iglesia-familia
La lógica que debe guiar la acción de la Iglesia es siempre la de la misericordia. Una lógica que impulsa a ponerse en camino para sostener el camino hacia el Señor que cada uno está llamado a recorrer en la unicidad de su historia personal.
Esto nos otorga un marco y un clima que nos impide desarrollar una fría moral de escritorio al hablar sobre los temas más delicados, y nos sitúa más bien en el contexto de un discernimiento pastoral cargado de amor misericordioso, que siempre se inclina a comprender, a perdonar, a acompañar, a esperar, y sobre todo a integrar. Esa es la lógica que debe predominar en la Iglesia, para «realizar la experiencia de abrir el corazón a cuantos viven en las más contradictorias periferias existenciales». Invito a los fieles que están viviendo situaciones complejas, a que se acerquen con confianza a conversar con sus pastores o con laicos que viven entregados al Señor. No siempre encontrarán en ellos una confirmación de sus propias ideas o deseos, pero seguramente recibirán una luz que les permita comprender mejor lo que les sucede y podrán descubrir un camino de maduración personal. E invito a los pastores a escuchar con afecto y serenidad, con el deseo sincero de entrar en el corazón del drama de las personas y de comprender su punto de vista, para ayudarles a vivir mejor y a reconocer su propio lugar en la Iglesia. (AL 312)
Para reflexionar:
- A nivel personal
¿Qué puesto tiene la oración en mi familia? ¿Somos capaces de rezar los unos por los otros? ¿Encontramos en la Eucaristía el centro y la fuente permanente de nuestro estar juntos?
- A nivel de Iglesia
¿De qué manera la comunidad llega a estar al lado en los momentos de dificultad y de crisis?
- A nivel de Acción Católica
¿Nuestros grupos son lugares en los que se experimenta la proximidad?
- A nivel social/comunitario
¿Cuáles son las principales heridas familiares que observamos en nuestro entorno social/comunitario?
Ver más preguntas en el texto completo de la reflexión.
Oración a la Sagrada Familia
Jesús, María y José
en vosotros contemplamos
el esplendor del verdadero amor,
a vosotros, confiados, nos dirigimos.
Santa Familia de Nazaret,
haz también de nuestras familias
lugar de comunión y cenáculo de oración,
auténticas escuelas del Evangelio
y pequeñas iglesias domésticas.
Santa Familia de Nazaret,
que nunca más haya en las familias episodios
de violencia, de cerrazón y división;
que quien haya sido herido o escandalizado
sea pronto consolado y curado.
Santa Familia de Nazaret,
haz tomar conciencia a todos
del carácter sagrado e inviolable de la familia,
de su belleza en el proyecto de Dios.
Jesús, María y José,
escuchad, acoged nuestra súplica.
Amén.
3. Una trama de buenas relaciones
Con el testimonio, y también con la palabra, las familias hablan de Jesús a los demás, transmiten la fe, despiertan el deseo de Dios, y muestran la belleza del Evangelio y del estilo de vida que nos propone. Así, los matrimonios cristianos pintan el gris del espacio público llenándolo del color de la fraternidad, de la sensibilidad social, de la defensa de los frágiles, de la fe luminosa, de la esperanza activa. Su fecundidad se amplía y se traduce en miles de maneras de hacer presente el amor de Dios en la sociedad. (AL, 184)
Para reflexionar:
- A nivel personal
¿Cómo vivo en mi familia la apertura al mundo y a los demás?
- A nivel de Iglesia
¿Creamos las condiciones para qué las familias se sientan protagonistas en la vida de la comunidad?
- A nivel de Acción Católica
¿Cómo contribuimos a abrir a las familias a una responsabilidad más amplia?
- A nivel social/comunitario
¿Cómo describiríamos los valores o contravalores que predominan hoy en la vida familiar y matrimonial en orden a las relaciones interpersonales?
Ver más preguntas en el texto completo de la reflexión.
Oración a la Sagrada Familia
Jesús, María y José
en vosotros contemplamos
el esplendor del verdadero amor,
a vosotros, confiados, nos dirigimos.
Santa Familia de Nazaret,
haz también de nuestras familias
lugar de comunión y cenáculo de oración,
auténticas escuelas del Evangelio
y pequeñas iglesias domésticas.
Santa Familia de Nazaret,
que nunca más haya en las familias episodios
de violencia, de cerrazón y división;
que quien haya sido herido o escandalizado
sea pronto consolado y curado.
Santa Familia de Nazaret,
haz tomar conciencia a todos
del carácter sagrado e inviolable de la familia,
de su belleza en el proyecto de Dios.
Jesús, María y José,
escuchad, acoged nuestra súplica.
Amén.
2. La alegría el amor entre el tiempo y lo eterno
No hacen bien algunas fantasías sobre un amor idílico y perfecto, privado así de todo estímulo para crecer. Una idea celestial del amor terreno olvida que lo mejor es lo que todavía no ha sido alcanzado, el vino madurado con el tiempo.
Como recordaron los Obispos de Chile, « no existen las familias perfectas que nos propone la propaganda falaz y consumista. En ellas no pasan los años, no existe la enfermedad, el dolor ni la muerte […] La propaganda consumista muestra una fantasía que nada tiene que ver con la realidad que deben afrontar, en el día a día, los jefes y jefas de hogar ». Es más sano aceptar con realismo los límites, los desafíos o la imperfección, y escuchar el llamado a crecer juntos, a madurar el amor y a cultivar la solidez de la unión, pase lo que pase. (AL, 135)
Para reflexionar:
- A nivel personal
¿Qué sentido doy a la alegría del amor?
¿Cómo me relaciono con la experiencia de la imperfección en los vínculos familiares? ¿Cómo se vive la relación con la imperfección en mi familia?
- A nivel de Iglesia
¿Qué caminos de preparación al matrimonio proponemos? ¿Somos capaces de ayudar a aceptar el don de la gracia que está en el matrimonio y el dinamismo de responsabilidad que genera?
- A nivel de Acción Católica
¿Sabemos sostener y acompañar la vida de las familias en las vicisitudes y en las estaciones que señalan el curso? ¿Formamos en la capacidad del discernimiento, en la disponibilidad a buscar en los acontecimientos de la vida y en las relaciones la voluntad del Señor?
- A nivel social/comunitario
¿Qué “escuchamos” en nuestro entorno social acerca de proyecto vital de ser matrimonio y familia?
¿Qué se debilidades y fortalezas descubrimos en esta escucha atenta?
Ver más preguntas en el texto completo de la reflexión.
Oración a la Sagrada Familia
Jesús, María y José
en vosotros contemplamos
el esplendor del verdadero amor,
a vosotros, confiados, nos dirigimos.
Santa Familia de Nazaret,
haz también de nuestras familias
lugar de comunión y cenáculo de oración,
auténticas escuelas del Evangelio
y pequeñas iglesias domésticas.
Santa Familia de Nazaret,
que nunca más haya en las familias episodios
de violencia, de cerrazón y división;
que quien haya sido herido o escandalizado
sea pronto consolado y curado.
Santa Familia de Nazaret,
haz tomar conciencia a todos
del carácter sagrado e inviolable de la familia,
de su belleza en el proyecto de Dios.
Jesús, María y José,
escuchad, acoged nuestra súplica.
Amén.
1. Una mirada nueva. La familia no es un problema sino una oportunidad
Se trata de un verdadero y propio cambio de perspectiva: tenemos que ser humildes y realistas, para reconocer que a veces nuestro modo de presentar las convicciones cristianas, y la forma de tratar a las personas, han ayudado a provocar lo que hoy lamentamos, por lo cual nos corresponde una saludable reacción de autocrítica. Por otra parte, con frecuencia presentamos el matrimonio de tal manera que su fin unitivo, el llamado a crecer en el amor y el ideal de ayuda mutua, quedó opacado por un acento casi excluyente en el deber de la procreación. Tampoco hemos hecho un buen acompañamiento de los nuevos matrimonios en sus primeros años, con propuestas que se adapten a sus horarios, a sus lenguajes, a sus inquietudes más concretas. Otras veces, hemos presentado un ideal teológico del matrimonio demasiado abstracto, casi artificiosamente construido, lejano de la situación concreta y de las posibilidades efectivas de las familias reales. Esta idealización excesiva, sobre todo cuando no hemos despertado la confianza en la gracia, no ha hecho que el matrimonio sea más deseable y atractivo, sino todo lo contrario. (AL, 36)
Para reflexionar:
- A nivel personal
¿Cómo miro mi esperanza de familia? ¿Se hacer memoria de su historia con agradecimiento?
- A nivel de Iglesia
¿Las familias se sienten acogidas en la comunidad eclesial? ¿Nos preocupamos de crear las condiciones para que la comunidad sea casa acogedora para ellas? ¿De qué modo?
- A nivel de Acción Católica
La Acción Católica “formato de familia”: ¿qué significa para nosotros?
- A nivel social/comunitario
¿Qué “luces y sombras” se descubren en la sociedad acerca de la familia como espacio de amor y de encuentro?
Ver más preguntas en el texto completo de la reflexión.
Oración a la Sagrada Familia
Jesús, María y José
en vosotros contemplamos
el esplendor del verdadero amor,
a vosotros, confiados, nos dirigimos.
Santa Familia de Nazaret,
haz también de nuestras familias
lugar de comunión y cenáculo de oración,
auténticas escuelas del Evangelio
y pequeñas iglesias domésticas.
Santa Familia de Nazaret,
que nunca más haya en las familias episodios
de violencia, de cerrazón y división;
que quien haya sido herido o escandalizado
sea pronto consolado y curado.
Santa Familia de Nazaret,
haz tomar conciencia a todos
del carácter sagrado e inviolable de la familia,
de su belleza en el proyecto de Dios.
Jesús, María y José,
escuchad, acoged nuestra súplica.
Amén.