CICLO FRATELLI TUTTI | HAGAMOS UN MUNDO MÁS HUMANO

CICLO FRATELLI TUTTI | HAGAMOS UN MUNDO MÁS HUMANO

8. Las religiones al servicio de la fraternidad en el mundo

El papa Francisco al cerrar la encíclica nos presenta las distintas religiones a partir de la valoración de cada persona humana como criatura llamada a ser hijo o hija de Dios, y cómo estas ofrecen un aporte valioso para la construcción de la fraternidad humana y la defensa de la justicia en la sociedad.

Nos invita a la esperanza. En su llamamiento nos propone intensificar el encuentro y el diálogo entre las distintas confesiones religiosas proponiendo un rumbo concreto “En el nombre de Dios asumimos la cultura del diálogo como camino; la colaboración común como conducta; el conocimiento recíproco como método y criterio” (FT 285).

 

Para reflexionar:

 Miremos nuestro entorno cercano:

  • ¿Qué ejemplos encontramos en nuestro entorno cercano donde actitudes de intolerancia, intento de imponer los propios intereses o la propia opinión están generando discordias, alejamiento y falta de fraternidad?
  • ¿Cómo es nuestra relación con hermanos y hermanas que profesan otra fe?
  • ¿En qué realidades cotidianas nos es más difícil asumir los criterios anteriores? ¿En qué actitudes tenemos que mejorar?

 

Que nuestro corazón se abra a todos los pueblos y naciones de la tierra,

para reconocer el bien y la belleza que sembraste en cada uno,

para estrechar lazos de unidad, de proyectos comunes,

 de esperanzas compartidas.

7. Caminos de reencuentro

En muchos lugares del mundo hacen falta caminos de paz que lleven a cicatrizar las heridas, se necesitan artesanos de paz dispuestos a generar procesos de sanación y de reencuentro con ingenio y audacia. (FT 225)

Reencuentro no significa volver a un momento anterior a los conflictos (…) Los que han estado duramente enfrentados conversan desde la verdad, clara y desnuda. (FT 226)

En efecto, «la verdad es una compañera inseparable de la justicia y de la misericordia. Las tres juntas son esenciales para construir la paz y, por otra parte, cada una de ellas impide que las otras sean alteradas. […] La verdad no debe, de hecho, conducir a la venganza, sino más bien a la reconciliación y al perdón. (FT 227)

 

Para reflexionar:

  • Invitamos al grupo a hacer memoria del bien en medio de los conflictos y proponernos un modo concreto de ser articuladores de misericordia, perdón y convivencia fraterna.

 

Señor, reconcíliame conmigo mismo.

¿Cómo podría encontrar y amar a los demás,

si ya no me encuentro ni me amo a mí mismo?

 Enséñame a vivir

con mis luces y mis sombras,

mis momentos dulces y coléricos,

mis risas y mis lágrimas,

mi pasado y mi presente.

6. Diálogo y Amistad social

“Entre la indiferencia egoísta y la protesta violenta, siempre hay una opción posible: el diálogo.” (FT 199)

“La falta de diálogo implica que ninguno está preocupado por el bien común, sino por la adquisición de beneficios que otorga el poder. […] Los héroes del futuro serán los que sepan romper esa lógica enfermiza y decidan sostener con respeto una palabra cargada de verdad, más allá de las conveniencias personales.” (FT 202)

 

Para reflexionar:

  • ¿Conocen alguna experiencia cercana en la que la propia Iglesia sea espacio de la escucha y el diálogo?
  • ¿Se nos ocurre alguna propuesta que se podría llevar adelante como grupo para nuestra propia realidad?

 

Señor Jesús, cuando aparezca la tensión,

dame la humildad para no querer imponer mi verdad

atacando la verdad del hermano,

de saber callar en el momento oportuno,

de saber esperar a que el otro

acabe de expresar por completo su verdad.

Señor Jesús, danos la gracia de dialogar.

Amén

5. La mejor política

La política muchas veces es mal vista y suscita en nosotros contradicciones. Sin entrar en análisis de tipo partidarios, ni en nombres propios, analicemos qué sucede entre nosotros frente “a lo político” cuáles son nuestras ideas y paradigmas en torno a su función social. ¿Cómo valorizamos nuestra participación ciudadana?

 

Para reflexionar:

  • ¿Qué experiencias conocemos de buena política en nuestro entorno cercano? ¿Podemos impulsar procesos que favorezcan el bien común incluyendo a todos?
  • ¿Qué actitudes de fondo debemos reforzar y qué pasos concretos podemos dar personal y colectivamente para responder a la realidad actual desde nuestra vocación a la caridad política?

 

Concede, Señor, a todos los cristianos,

pero especialmente a los cristianos laicos,

que vivamos nuestra vocación a la caridad política,

esa delicada forma de amar a los hermanos.

Que nos preocupemos por acabar eficazmente

con las causas de la injusticia y no solo con sus efectos,

y que miremos con compasión a quienes se les encomienda

    la noble tarea de construir políticamente un mundo fraterno.

4. Un corazón abierto al mundo entero

En el capítulo 4 el papa empieza a describir el rostro de tantos hermanos y hermanas (FT 128). Va poniendo nombres propios, rostros y situaciones. Veamos puntualmente el tema de las inmigraciones.

Para reflexionar:

  • Conversemos acerca de nuestras miradas sobre los migrantes. ¿Qué pensamos sobre ellos? ¿Qué solemos escuchar acerca de ellos? ¿nuestros padres, abuelos, hijos o nietos han sido o son inmigrantes? ¿los vemos a ellos de igual modo?
  • En esta época de globalización, ¿en qué avanzamos y en qué estamos retrocediendo en cuanto a tener un corazón abierto al mundo entero?
  • Mirando nuestra comunidad y nuestro entorno cercano ¿no deberíamos empezar aquí cerca, con aquellos que viven entre nosotros? ¿qué podemos proponer con corazón misionero?

 

Ven, Espíritu Santo,

muéstranos tu hermosura

reflejada en todos los pueblos de la tierra,

para descubrir que todos son importantes,

que todos son necesarios,

que son rostros diferentes

de la misma humanidad que amas.

Amén.

3. Pensar y gestar un mundo abierto

Vamos al difícil tema de la Paz. El papa Francisco  nos dice que la paz real y duradera sólo es posible  “desde una ética global  de  solidaridad  y  cooperación  al servicio de un futuro plasmado por la interdependencia y la corresponsabilidad entre toda la familia humana” (FT 127). Aunque nos alerta → “El individualismo radical es el virus más difícil de vencer. Engaña. Nos hace creer que todo consiste en dar rienda suelta a las propias ambiciones, como si acumulando ambiciones y seguridades individuales pudiéramos construir el bien común” (FT 105).

 

Para reflexionar:

  • Compartamos las frases, etiquetas prejuicios que se manifiestan frente aquellos que están en situación de pobreza, desprotección sin trabajo, con alguna discapacidad…
  • ¿Estamos al tanto del problema de las tierras, del agua, por citar algunos ejemplos? ¿nuestras sociedades son abiertas, nos integran a todos? ¿cómo impactan en nosotros temas como la guerra en otros países y los impactos que ella produce?
  • ¿Qué podemos profundizar, cambiar, empezar a realizar desde nuestro grupo, comunidad? ¿cómo utilizamos los bienes de la tierra y nuestros bienes?

 

Tú viniste, Jesús, para que se acabaran los egoístas,

y poder hacer del mundo un   cielo,      

donde todos conviviéramos tratándonos

como hermanos, como amigos,

como tú nos tratas cada día a todos  nosotros.

Ayúdame, Jesús, a saber, convivir con los demás,

a ser fraterno, a tratar bien a todos.

2. Un extraño en el camino

“En el intento de buscar una luz en medio de lo que estamos viviendo, y antes de plantear algunas líneas de acción, propongo dedicar un capítulo a una parábola dicha por Jesucristo hace dos mil años”: el buen samaritano, dice el Papa. Y agrega “Hemos  crecido  en  muchos  aspectos,  aunque  somos  analfabetos  en acompañar, cuidar y sostener a los más frágiles y débiles de nuestras sociedades desarrolladas” (FT 64).

 

Para reflexionar:

  • ¿Qué actitudes y gestos concretos deberíamos cambiar en nosotros a la luz de esta parábola que cuenta Jesús y que desarrolla el papa Francisco?
  • Compartamos experiencias concretas de buenos samaritanos, quizá alguna propia, y otras que conocemos… ¿qué más podemos hacer? ¿dónde podemos sumar nuestro espíritu samaritano?

 

Concede a los cristianos

que vivamos el Evangelio

y podamos reconocer a Cristo

en cada ser humano,

para verlo crucificado

en las angustias de los abandonados y

olvidados de este mundo

y resucitado en cada hermano que se levanta.

1. Las sombras de un mundo cerrado

En esta primera parte el papa Francisco va presentando “algunas tendencias que atentan contra el desarrollo de la fraternidad universal” (FT 9). Echemos una mirada a nuestro mundo que se cierra sobre sí mismo.

 

Para reflexionar:

  • Pongámosle rostros y experiencias de las sombras que aparecen en esta parte de la encíclica, compartiendo nuestras propias experiencias, cómo vemos que ellas se manifiestan en nuestros entornos cercanos o Qué nos preocupa ante ellos:
  • jóvenes sin raíces,
  • polarización de la política,
  • trata de personas,
  • conflictos y miedos,
  • avances científicos sin ética,
  • desgarros de la emigración,
  • pobreza,
  • destrozo de la autoestima…

 

  • Saquemos nuestras propias conclusiones para nuestras vidas personales y para nuestro actuar en el mundo ¿qué podemos modificar y aportar desde nuestra vida creyente?

 

Señor y Padre de la humanidad, que creaste a todos los seres humanos con la misma dignidad, infunde en nuestros corazones un espíritu de hermanos.

0. Introducción general

En esta oportunidad los invitamos a volver a reflexionar “sobre la fraternidad y la amistad social”, a partir de una publicación editada por el Equipo Nacional de Formación, y que está disponible en la página web institucional.

En Fratelli tutti, el Papa nos invita a vivir y proponer la fraternidad como valor y elemento ordenador de las sociedades, las naciones y la convivencia mundial en un mundo cerrado y fracturado por conflictos, guerras y divisiones.

Pero también, por qué no, para mirar nuestras comunidades, grupos y familias, desde donde cada uno de nosotros se aporta como protagonista del anuncio del Evangelio de Jesús, proponiendo un nuevo modo de vivir nuestras relaciones personales, superando el “yoismo” propio de un individualismo feroz que se nos mete por todas partes.

La encíclica se divide en ocho capítulos: mira primero “las sombras de un mundo cerrado” (1) para luego presentar la iluminación bíblica desde la parábola del buen samaritano (2), desarrolla los grandes principios para “gestar un mundo abierto” (3), y a continuación los va concretando en diversas realidades como las  migraciones (4), la política (5), el diálogo (6), la paz y el perdón (7) y el servicio de las religiones (8).

La  idea  es  que  estas  fichas,  formen  parte  del  Itinerario  del  Grupo,  que  se prolongue en la reflexión personal para sacar el máximo provecho en nuestros grupos de adultos y sectores, que podamos debatirlos también con los jóvenes mayores y los adultos jóvenes, en espacios de encuentros que faciliten el debate, enriquezcan las miradas y nos proyecten a la acción misionera, que muchas veces pasa por el testimonio de una vida renovada en Jesús que nos conduce a un modo    de vivir diferente, siendo en el mundo, sin pertenecerle.

 



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