Trabajamos en red con las pastorales, las instituciones y movimientos hermanos; con las organizaciones de la sociedad civil, junto a otros credos. Articulamos con el Estado en sus distintos niveles y nos unimos a organizaciones internacionales porque creemos en la comunión fraterna y solidaria que potencia el trabajo conjunto, une fuerzas tras la búsqueda de lo bueno, construyendo a través del diálogo la paz y estructuras de bien.
Asumir el dinamismo misionero para llegar a todos, privilegiando a quien se siente alejado, y a los grupos más débiles y olvidados de la población. Se trata de abrir las puertas y dejar que Jesús pueda salir fuera
Los laicos de la Acción Católica son llamados a renovar la elección misionera, abierta a los horizontes que el Espíritu indica a la Iglesia y expresión de una nueva juventud del apostolado laical
Jamás una Acción Católica inmóvil. No detenerse: ¡avanzar! Ir por las calles de sus ciudades y de sus países y anunciar que Dios es Padre y que Jesucristo se los ha hecho conocer, y por esto su vida ha cambiado: se puede vivir como hermanos, llevando dentro una esperanza que no desilusiona.
La corresponsabilidad exige un cambio de mentalidad especialmente respecto al papel de los laicos en la Iglesia, que no se han de considerar como «colaboradores» del clero, sino como personas realmente «corresponsables» del ser y del actuar de la Iglesia.
En una Iglesia misionera, ustedes , que la aman y la sirven, sean anunciadores incansables y educadores formados y generosos
Que la Virgen ayude a la Acción Católica a continuar con entusiasmo en su compromiso de testimonio apostólico, trabajando siempre en cercana relación con la Jerarquía, y participando de manera responsable en la pastoral parroquial y diocesana.
Ustedes son laicos cristianos expertos en la espléndida aventura de hacer que el Evangelio se encuentre con la vida y de mostrar cómo la “buena nueva” corresponde a los interrogantes más profundos del corazón de cada persona y es la luz más elevada y más verdadera que puede orientar a la sociedad en la construcción de la “civilización del amor”.
Como laicos, han elegido organizaros en una asociación en la que el vínculo peculiar con los pastores respeta y promueve el carácter laico propio de los miembros