27 Jun Diego Cerdá
El 12 de noviembre de 1968 nace, en la ciudad de La Plata, Diego Francisco Cerdá, es el cuarto de cinco hermanos. A los pocos días (el 25 de noviembre), es bautizado en la Pquia Sta. Lucía, en la localidad de Ringuelet. A fines de 1977, la familia se muda al barrio de Tolosa frente a la Pquia Ntra. Sra. del Carmen y el colegio parroquial. La infancia de Diego transcurre entre la vida familiar, los juegos en la plaza, la actividad parroquial y el colegio.
En 1982, su hermano Raúl y Néstor Caruso (este último posteriormente presidente de ACA Jóvenes y del Consejo Diocesano) forman el grupo de jóvenes de ACA de la Pquia. Los hermanos Cerdá integran los grupos y rápidamente pasan a ser dirigentes. Diego comienza una de sus grandes pasiones: el trabajo con niños, los Aspirantes de ACA.
Ricardo Pozzo nos comparte sus recuerdos:
Diego fue la persona que me invitó a ser miembro de la AC, mi primer delegado, un delegado referente…Él estaba hecho para el área de aspirantes ¿no sé si sabían que era el área que más le gustaba?, trabajar junto a Dios por y para los chicos…. Con él viví Asambleas, campamentos, encuentros regionales de aspirantes donde él era uno de los organizadores, ahí viví lo que le dedicaba a estos eventos, las ganas que le ponía, y su fe en Dios para llevar a cabo tan inmensos desafíos. También tuve la gracia de vivir en su casa unos años y ver cómo lo quería la gente. Recibía a todos por igual, con alegría y a cualquier hora, él siempre les hacía un tiempito para escucharlos y aconsejarlos (en esto era un experto) y más de uno se iba más que feliz y satisfecho, esto no es ninguna historia, yo lo viví y lo pude percibir”
Le gustaba mucho jugar al fútbol (Hincha de Estudiantes de La Plata). Lo practicaba en el colegio, la plaza y en el club del barrio, “los Tolosanos”, jugando en la Liga Platense y en la reserva del club Cambaceres de Ensenada…
A fines de 1996 se recibe de Ingeniero Agrónomo y comienza a trabajar en la empresa Terbasa (exportadora de granos) en Capital Federal. En marzo de 1998 pasa a trabajar en la escuela Agropecuaria de Tres Arroyos.
Su amor por los chicos
Diego amaba a los chicos, se entendía con ellos desde su propio corazón de niño.
Esta historia pasó hace más o menos cuatro años (2000 – 2001) Los tíos Diego y Tere sabían que me encantaba Bandana y decidieron darme una sorpresa invitándome a un recital en el Gran Rex. Llegamos e hicimos una cola larga y al rato terminamos acomodándonos en un buen lugar. Primero apareció un plomo que hacía magia (el tío se reía de mi cara) y al fin lo que yo esperaba…se apagaron las luces y comenzó el show. Yo gritaba de la emoción. El tío estaba al lado mío y me lleve una gran sorpresa al ver que el conocía las canciones y las cantaba y bailaba conmigo como un fan más. Fue el primero en ponerse un pañuelo en la cabeza y el último en sacárselo. Al terminar el recital, me llevó a comprar fotos del grupo. Con el tío tengo un montón de recuerdos, pero este es uno de los más especiales que guardo en mi corazón”
Corina, Sobrina de Diego.
Hoy es un día muy especial para vos. Y para mí también. Aunque no lo sepas –todavía- yo te empecé a querer de a poquito desde el 16 de agosto de 1999, cuando tus papis me dijeron que venías en camino. Ese día fue uno de los más felices de mi vida, (debe ser porque a tus viejos los quiero bastante).
Pero hoy quiero decirte por intermedio de ellos que voy a rezar para que seas un santo varón, un “pibe de Dios”, un ASPIRANTE.
Más adelante cuando seamos más amigos te voy a enseñar algunas cositas. A tomar mate amargo, por ejemplo.
Discúlpame si algún día me olvido de tu cumple, o si con tanto viaje que hago pase un tiempito sin verte. Pero estate seguro que todos los días voy a pedirle a Jesús que te cuide, especialmente en el aniversario de tu bautismo, para que seas un GABRIEL con todas las letras. Te quiere mucho…
Diego (tu padrino) (25/3/2000)
La vida de oración y vivir con Dios a cada momento.
“Diego es muy cercano a la Virgen María, los que compartieron los años de trabajo parroquial en Nuestra Señora del Carmen podrán contar esos momentos. Rezar el Rosario en su casa con su mamá, las caminatas rezando el Rosario, en los retiros, campamentos, y en el día a día. En el último retiro que compartimos, una de las charlas que mantuvimos fué sobre la Virgen María y la espiritualidad mariana.
Otra clave para descubrir su espiritualidad es el de querer estar siempre “en gracia de Dios”. Justamente, estar en amistad con Dios. Y para terminar, algo que lo preocupaba era descubrir cuál era la voluntad de Dios para su vida. Se planteaba si lo que estaba haciendo, o los proyectos que tenía, eran los proyectos de Dios.” (Néstor Svaguza)
“Diego, por estar soltero, no tenía una espiritualidad “monacal” o “sacerdotal”. Tenía el día bien ocupado, con responsabilidades, trabajo, vida familiar, deportes, amigos, actividades apostólicas, proyectos, cursos, campamentos, etc. Pero trataba de que en lo que hacía, Dios estuviera presente. Como anécdota, entre sus cosas encontramos una “oración para antes de ir a bailar”. Está con su letra y seguramente la copió de algún libro y la hizo suya. Él le sacaba fotocopias, y se lo repartía a sus alumnos adolescentes. Y todos los que hemos compartido fiestas, bailes, casamientos con él, sabemos cómo disfrutaba bailar con todos. Cuando veías en un casamiento a un novio o novia al que lo “revoleaban” por el aire, seguro que abajo estaba él. “(Néstor Svaguza)
“¿Diego fue siempre así, no tuvo errores o defectos? Siempre tuvo defectos, siempre cometió errores. Lo valioso es que quería mejorar, ser cada vez mejor cristiano. No es que jamás “metió la pata”, sino que no se quedó en eso y buscó crecer. Cambió a lo largo de los años, todo lo que vivió en su familia fue la base sólida, y después, poco a poco, edificó su vida, corrigiendo lo que tenía que cambiar, y dando fruto de los dones que Dios le regaló” “(Néstor Svaguza)
A fines del 2001, uno año antes de fallecer escribió:
“Espero que la Virgen me ayude a terminar este año, antes de que este año termine conmigo y a fin de año poder decirle al Master: “aquí estoy Señor, dispuesto a todo, esto es lo que hicimos, dame las instrucciones para este año que comienza, pero no me dejes meterme en demasiados líos ¿sí?”
Te mando un beso grande, y rezá para que pueda hacer la consagración a la Virgen que es algo que vengo postergando y me propuse no fallarle en este año tan singular”
La Amistad
“En esos días que nos hemos encontrado muchos que conocemos a Diego de distintos lugares, sin conocernos entre nosotros, era común escuchar: “mi relación con Diego era especial”, “no sé cómo explicar la relación que teníamos”, “con una mirada nos entendíamos”, “Diego me mandaba los alumnos y yo ya sabía qué tenía que hacer”.
Raúl (el papá) contaba que, en el velatorio, cada uno se presentaba como “amigo de Diego” y no como compañero, o trabajamos juntos en tal o cual cosa. Por donde Diego pasaba, amigos cosechaba.
Diego es un tipo querible, confiable, con el que podés hablar de fútbol y de cosas íntimas, de las vacaciones y de un problema personal; de la Iglesia, la ACA, los Aspirantes y de las lombrices, las plantas y la cosecha, de la familia y los amigos. Otra cosa que se nota al charlar, es que Diego lograba que todos sintiéramos que la relación con él era especial, distinta a otras. Nos hace sentir bien, que él está pendiente de nosotros, que le importamos.”(Néstor Svaguza. El Polaco)
El dirigente
En 1990 es elegido para formar parte en el consejo diocesano de los jóvenes de ACA y junto con Nadia Sosa son nombrados delegados diocesanos de aspirantes, cargo que volverá a ocupar en el trienio 1996 – 1999 como responsable de Área junto con Luciana Dosantos. En la Asambleas Federal de Agosto de 1999 en San Juan es elegido para formar parte de la Comisión Nacional de Aspirantes. Aprovechando que vive en Tres Arroyos comienza a promover y acompañar a las diócesis del interior de la Prov. de Bs. As y viaja periódicamente a Capital Federal para sus reuniones de Área y a La Plata a visitar a su familia.
Diego fue un gran dirigente siempre presente, tenía buena disponibilidad, gran alegría por transmitir los valores del evangelio, una personalidad con un magnetismo especial ;donde él estaba o participaba, producía lo mismo en chicos, adolescentes, y/o adultos, lo querían como amigo, y él nos dejaba a todos compartir su tiempo”
“Vienen a la memoria, los campamentos a Bariloche, los viajes a Mascardi por la construcción de los baños y las refacciones de la cabaña PIO XI de la ACA , las escuelas de campamento en Villa María, en San Juan; los cursos de Campamento, la promoción en Río Gallegos; siempre primó la entrega, la alegría, el entusiasmo con el que brindaba su tiempo, su experiencia, y cómo infundía el amor a nuestra Madre La Virgen María, el Santo Rosario, siempre estando Diego no nos iba a faltar el rezar el rosario y por supuesto el compañero infaltable ‘el mate’.
Lucia Montespita
Los campamentos
Un párrafo aparte merecer su vida campamentera: Arranca en la parroquia y en 1991 cuando participa del 1º curso Nacional de campamentos en Sierra de la Ventana, pasando a formar parte del Equipo Nacional de campamentos hasta el momento de su fallecimiento. Con este Equipo difunden el uso del predio de la Cabaña Pío XI a orillas del lago Mascardi en Bariloche y es un gran difusor de los campamentos en la montaña. Dan cursos en distintas diócesis del país. Sobran los recuerdos de los campamentos en el sur, las Misas de campaña, los momentos de oración, los mates junto al fogón, las charlas a orillas del lago.
“En una ocasión el sacerdote se había quedado sin hostias para la Misa y ahí estuvo Diego para amasar el pan. En otra, siendo domingo y sin sacerdote en el campamento en Mascardi, por casualidad llega un cura a la cabaña, y le solicitan que celebre la Misa. El sacerdote no tiene vino y ahí sale Diego a caballo a buscar y así no pasó el domingo sin Misa. De la gente que fue por primera vez de campamento al sur y Diego los atiende, es frecuente encontrar frases como: “en la subida difícil él siempre estaba y te tendía una mano”, “como nos cuidaba”, “se preocupaba por todo”. Disfrutaba el silencio, la noche, el fuego. Se emocionaba con la Misa y comentaba “qué regalos nos da Dios”
Nestor “El Polaco” Svaguza
Estando en un campamento en Bariloche, todos llegábamos cansados después de cuatro días de travesía, con frío, teníamos que armar las carpas, había que prender el fuego para prepara la comida, era tarde, y por supuesto todos cansados, y esperando ansiosos nuestra merecida ducha ya que teníamos al fin baños en Mascardi, y Diego como siempre primero en todo, prendió el termo a leña para calentar el agua, armamos las carpas, corto leña, nos avisaba para irnos bañando, cocinó, y por supuesto después ya casi a las doce de la noche le tocaba bañarse, se había quedado sin agua, cómo nos reímos, pero él no se enojaba, no reprochaba el haber estado todo el tiempo a disposición del grupo y él para el final.”
“Cuando se organizaba el día de trabajo en la cabaña, para que cada grupo lo hiciera, Diego acompañaba a todos, siempre a él le tocaba lo más complicado – estar colgado del techo de la cabaña para pintarlo, toda una mañana, en verano cuando el sol pega fuerte-. Así como estas hay mil de anécdotas, pero en todas hay un reflejo claro de su entrega, entusiasmo, alegría, y esfuerzo”
Lucia Pontespita
Querido Diego:
Fuiste un miembro de la ACA y dirigente de Aspirantes
ágil, puro y transparente.
Tu vida joven fue un canto de alegría, de un alma bella e inocente.
Juraste ser de Cristo soldado, y amigo
y en la plenitud de la vida el Señor, nuestro rey, te salió al encuentro.
En tu rostro siempre estuvo la sonrisa y en tus ojos mucha luz;
donde todos los que te conocimos pudimos descubrir la mirada de Jesús.
Amaste tu Patria en el Plata de tu diócesis natal, en el campo de tu trabajo como educador, agrónomo y apóstol, y en el Ande que en Mascardi te recibió cada verano con tu innato espíritu de campamentero.
Amaste lo bello, lo grande.
Fuiste buen hijo y hermano, amigo fiel, compañero generoso, cristiano de fibra, dirigente cabal.
Anhelaste ser santo y hoy la cruz azul acero, brilla en la eternidad.
¡Amigo, Es tuyo ya el Ideal!
Querido Diego, ríe, ríe en el cielo, la alegría de ser santo, que la Virgen del Carmen, te protege con su manto.
Hasta siempre, en la Comunión de los Santos.
Te vamos a extrañar.
Antes de cerrar estas páginas es necesario recordar a este querido dirigente de aspirantes con quién compartimos la amistad grande que nace en Jesús, a pesar de algunos años de diferencia y un camino que fuimos recorriendo por momentos juntos y otros un poco más a la distancia, según el servicio que Dios nos pedía a cada uno.
Claudia Carbajal
Sé también que muchos otros podrían escribir ciento de cosas más importantes que estas palabras, porque estuvieron más cerca, porque lo conocieron a fondo, porque fueron amigos y compañeros de siempre. Sé también que en algún momento lo harán porque aun está muy cerca la Navidad del 2003, donde supimos que Diego abrazó a su amigo Jesús y lo vio cara a cara y no es fácil hilar los sentimientos. Pero en este libro no podía faltar su nombre y su recuerdo.
Diego nació y creció en La Plata y desde su parroquia Nuestra Señora del Carmen cimentó su fe desde las enseñanzas de su mamá de la que siempre hablaba cuando explicaba como debían enseñarse ciertos hábitos a los aspirantes.
Fue un joven alegre, cercano, servicial, transparente. Hincha de fútbol, jugador de golf y campamentero de alma. Dirigente de Aspirantes en la Plata, su diócesis y después en el nacional. Animador de encuentros y fogones-imposible olvidar su presencia en los Arredondos de cada verano- y su amor por Mascardi y la montaña. En el Área de Aspirantes lo fue dando todo a la Institución, así como en el Equipo Nacional de Campamentos.
Era “Amigo” de sus amigos y ofrecía su amistad como don a todos quienes lo necesitaban. Tengo en la memoria aun el mail apenas había partido que nos contaban sobre sus virtudes, su manera de ser, su apostolado, de la gente de Tres Arroyos-profesores, alumnos, catequistas- del colegio donde trabajaba desde hacía unos años, dada su profesión de Ingeniero Agrónomo.
Diego irradiaba a Jesús por eso no es extraño el magnetismo con que atraía a todos. En él brilló “la alegría de ser santo”, su juramento de ser de Cristo y por eso confiamos seguros en que desde aquel atardecer que en la ruta que lo traía a celebrar la Navidad con su familia para luego partir como cabañero a Pío XI en Mascardi, cuando un accidente automovilístico segó su vida humana, la Virgen lo acogió en su manto para llevarlo junto a su Hijo, donde él siempre deseo llegar algún día”