07 Feb Jornada Mundial de Oración y Reflexión contra la Trata de Personas | 8 de febrero de 2025
La Jornada Mundial de Oración y Reflexión contra la Trata de Personas (JMOT), que se celebra el 8 de febrero de 2025, tiene como lema: “Embajadores de la esperanza: juntos contra la trata de personas”.
Este año reconocemos la poderosa interconexión entre la trata de seres humanos, la migración forzada y el cambio climático.
Como todos los años, les presentamos una breve biografía de Santa Josefina Bakhita y el guión para la Santa Misa.
Le pedimos a Dios «que nos toque con su infinita misericordia y nos perdone tanta indiferencia e injusticia, que nos abra a las necesidades de los demás, escapando del egoísmo y la cerrazón del corazón, porque muchas veces nos hemos quedado sordos y mudos delante del dolor y el sufrimiento de los más pobres y marginados.”
Santa Josefina Bakhita
Nació Josefina a mediados del S. XIX, en 1869, en el pueblo de Olgossa en Darfur, el sobrenombre de Bakhita con el que se la conoce, significa “afortunada”, y fue impuesto, ironías del destino, por los mismos negreros en el momento que la secuestraban, de la forma más inesperada y que ella misma nos cuenta en su autobiografía.
Tenía 9 años cuanto esto sucedió. Paseando plácidamente con una amiga por el campo se les acercaron dos extranjeros y uno de ellos le pidió que fuera al bosque a buscar alguna fruta, Josefina obedeció y cuando ya se hubo internado en la selva la capturaron, trasladándola a El Obeid, donde fue vendida en el mercado de esclavos.
Aquí comenzaría el calvario de una niña, que fue pasando de amo en amo a cual más cruel, hasta que cayó en manos del comerciante Calixto Leganini, que la dispensó un trato humano y digno. Fue entonces cuando, según escribe ella misma, se sintió bien durante el tiempo que estuvo con Leganini y más tarde con la esposa de su amigo Augusto Michieli, a la que sirvió como niñera, llegando a intimar con una de las hijas, llamada Minnina.
Ambas decidieron ingresar juntas al noviciado del Instituto de las Hermanas de la Caridad, en Venecia y fue allí donde conoció al Dios Cristiano llegando a tener el convencimiento interior de que había sido El quien le había dado fuerzas para poder soportar la esclavitud. Esta congregación, fundada en 1808, es más conocida como Hermanas de Canossa. (Las Canossianas)
Al poco tiempo de haber ingresado, recibió conjuntamente el bautismo, primera comunión y confirmación, el 9 de enero de 1890, de manos del Cardenal de Venecia. A medida que pasaba el tiempo fue interiorizándose y un día sintió la llamada de Dios no dudando en convertirse en una de las Hermanas de la Orden. El 7 de diciembre de 1893, a los 38 años de edad se cumplía su deseo.
En 1902 de Canossa fue trasladada a Venecia para seguir sirviendo a Dios en los oficios más humildes, con gran modestia y humildad, pero sobre todo habría que destacar su entrega para con los más pobres y necesitados, lo que hizo que se la conociese como la Madre Moretta.
Con los años, sus fuerzas se fueron debilitando, hasta verse postrada en una silla de ruedas. Después de haber pasado por una enfermedad dolorosa, el 8 de febrero de 1947 fallecía en Schio, a la edad de 78 años, quedando sepultados sus restos en el altar de la iglesia de dicho convento. Patrona del Sudán, de donde es oriunda, y también Patrona de la Lucha contra la Trata de personas.
El 1 de octubre del año 2000 Josefina Bakhita fue canonizada por el Papa San Juan Pablo II. “En santa Josefina Bakhita encontramos una abogada brillante de la auténtica emancipación. La historia de su vida no inspira una aceptación pasiva, sino más bien una firme decisión de trabajar efectivamente por librar a niñas y mujeres de la opresión y la violencia, y devolverles su dignidad en el ejercicio pleno de sus derechos”.
Reflexión desde el contexto actual
Acabado el interminable periodo de falta de libertad, Josefina recobraba la paz de su espíritu y se reconciliaba consigo misma y con una sociedad que durante un tiempo la trató como esclava, robándole los mejores años de su vida. Cuando se sintió libre continuó sirviendo a los demás, pero cambiando de dueño. A partir de entonces sus nuevos amos serían los pobres y necesitados. Un maravilloso ejemplo para un mundo tan egoísta e insolidario como el nuestro, en el que cada cual va a lo suyo.
El otro ejemplo que nos deja Josefina es el del perdón y comprensión: “Si volviese a encontrarme a aquellos negreros que me raptaron y torturaron me arrodillaría para besar sus manos, porque si no hubiese sucedido esto ahora no sería cristiana y religiosa”. Me pregunto si nuestro mundo, sacudido por el odio y la venganza, es aún capaz de emocionarse ante la sublimidad de estas palabras. Personas así son las que nos permiten aún seguir confiando en el hombre.
«Santa Bakhita, patrona de las víctimas de la trata de personas, nos anima a abrir los ojos y los oídos, para ver a los que permanecen invisibles y escuchar a los que no tienen voz; para reconocer la dignidad de cada uno y para actuar contra la trata y contra toda forma de explotación».
GUIÓN para la MISA en honor a Santa Josefina Bakhita
INTRODUCCIÓN:
Celebramos hoy la Jornada Mundial de Oración y Reflexión contra la trata de personas, en el día de Santa Josefina Bakhita, bajo el lema: “Embajadores de la esperanza: juntos contra la trata de personas”.
Nos reunimos con espíritu de peregrinación, convocados como Embajadores de la Esperanza. Este año, a la luz del jubileo, caminamos con el corazón abierto a la renovación, la compasión y la solidaridad, reconociendo nuestro compromiso común con la justicia.
La Argentina padece con dolor esta realidad de la trata, en la que muchas personas son tomadas como mercancía.
Como peregrinos, nos hacemos representantes de un camino de transformación. En este año jubilar abrazamos la llamada a restablecer la justicia, a llevar la libertad a los oprimidos y a apoyar a los más vulnerados.
Unamos nuestras manos y nuestros corazones mientras emprendemos esta peregrinación de oración y solidaridad. Demos un paso adelante junto a quienes sufren pérdidas y dificultades extremas y testimoniemos esperanza, justicia y libertad.
PALABRA DE DIOS:
Juntos podemos contrarrestar la trata de personas. Para esto hemos sido llamados a construir comunidad, espacios de encuentro entre nosotros, con los cercanos y los lejanos. La Palabra de Dios nos convoca, nos une y nos ilumina. Él es nuestra luz y salvación.
ORACIÓN DE LOS FIELES
A cada intención respondemos: “Escúchanos, Señor”
- Por el Papa Francisco, para que en este Año Santo, siga siendo una voz profética para toda la humanidad en su lucha contra la trata y la exclusión de las personas. Oremos.
- Por los que son o fueron víctimas de la trata, del comercio humano, del tráfico de órganos, la servidumbre doméstica, la explotación sexual y laboral, el alquiler de vientres.
- Por los más vulnerados, por las personas abusadas y maltratadas, discriminadas y excluidas, ignoradas y despreciadas. Oremos.
- Por las autoridades, para que atiendan, se ocupen y preocupen de este grave problema de la esclavitud de seres humanos, con la seriedad y persistencia que se requiere. Oremos.
- Por los hogares que padecen la angustia cotidiana debido a la desaparición de sus seres queridos, sustraídos por los traficantes de la vida. Oremos.
- Para que tengamos reflejos solidarios y todos encuentren en nosotros manos generosas y corazones atentos que faciliten soluciones concretas, justas y duraderas para todos los que sufren este delito. Oremos.
OFERTORIO
Presentamos los dones del pan y del vino, frutos del trabajo y del esfuerzo de todos, que se convertirán en Pan de Vida y Bebida de Salvación.
(Propuesta optativa, llevar un cuadro de la Santa) Junto a ellos presentamos el cuadro de Santa Josefina Bakhita, en ella ponemos los nombres de cada una de las víctimas de la trata y tráfico de personas, como ofrenda martirial, unidas a la pasión de Jesús.
COMUNIÓN
El Cuerpo de Cristo sufre el atropello de tantos traficantes de la vida que sin escrúpulos amenazan y destruyen a tantas personas inocentes y vulneradas. Nos acercamos a comulgar con la fe de recibir al mismo Jesús que sufre y padece esta cruz en muchas hermanas y hermanos nuestros.
ORACIÓN FINAL
Padre que estás en los cielos, que la fe que nos has dado en tu hijo Jesucristo, nuestro hermano, y la llama de la caridad encendida en nuestros corazones por el Espíritu Santo, despierten en nosotros la bendita esperanza de la llegada de tu Reino.
Que tu gracia nos transforme en incansables cultivadores de las semillas del Evangelio.
Que esas semillas transformen desde dentro a la humanidad y a todo el cosmos, con la firme esperanza de un cielo nuevo y de una tierra nueva, cuando, vencidos los poderes del mal, tu gloria brillará eternamente.
Que la gracia del Jubileo despierte en nosotros, Peregrinos de la Esperanza, el anhelo de los tesoros del cielo.
Que esa misma gracia difunda la alegría y la paz de nuestro Redentor por toda la tierra.
A ti, Dios nuestro, eternamente bendito, gloria y alabanza por los siglos de los siglos. Amén
DESPEDIDA
Hemos celebrado al Dios de la Vida y de la Libertad. Sólo juntos, como peregrinos y embajadores de esperanza, podremos recorrer el largo camino de la libertad, promover la dignidad de cada persona, con compasión, dedicación y fortaleza, y ayudar a las víctimas de trata de personas.
Nota: Material elaborado por la Comisión Episcopal de la Pastoral de Migrantes e Itinerantes.
«Embajadores de esperanza: juntos contra la trata de personas»
Mensaje del Papa Francisco para la Jornada Mundial de Oración y Reflexión contra la Trata de Personas.