Si hay palabras que definen al padre Moledo, como todos lo llamamos a lo largo de no pocas generaciones, son presencia, guía, amistad sacerdotal y afecto fraterno, casi reverencial.
Fue para la Acción Católica Argentina maestro entusiasta y asesor comprometido; no solo de la Institución ; sino y por sobre todo, de sus militantes. Se dirigía a todos y sin embargo, hablaba a cada uno de nosotros. Acompañó a los jóvenes muchachos de la JAC siendo también él, un joven sacerdote. Iluminó con sus charlas “magistrales” a chicas, mujeres y hombres.
Fue viceasesor de la Junta Central – hoy Consejo Nacional- y dejó huellas muy profundas en quienes lo conocimos. Como sacerdote, tenía capacidad para comprender mucho antes y más profundamente que otros, los problemas que enfrentaba el laico y su prédica fue un llamado al compromiso fecundo desde la interioridad honda del encuentro con Jesús amigo. Como no recordar su brillante discurso de despedida a la JAC que había asesorado, o “Levadura en la masa” texto con el que tantas y tantas veces reflexionamos a lo largo de estos 75ª años.
Nuestro querido asesor, fue un precursor en muchas acciones e ideas, y murió el 24 de Junio de 1988, día de San Juan, el precursor.