En este 25 de marzo, en que recordamos la vista del arcángel Gabriel a la Virgen María para anunciarle que ella sería la madre del Salvador, pedimos que el sí de María renueve en nosotros el sí a la vida y a su cuidado de punta a punta.
“Mirar el futuro con esperanza también equivale a tener una visión de la vida llena de entusiasmo para compartir con los demás. Sin embargo, debemos constatar con tristeza que en muchas situaciones falta esta perspectiva. La primera consecuencia de ello es la pérdida del deseo de transmitir la vida”, Bula Jubilar, 9.
Pedimos a nuestra Madre que cuide a cada mujer que engendra un niño o una niña, aún en circunstancias de incertidumbre y dolor, y proteja a esa persona que crece en su vientre.
¡Sí a la vida!
El día 15 de cada mes celebran la Misa de la Santísima Virgen de la Dulce Espera, donde las futuras mamás consagran su embarazo a la Santísima Virgen y reciben la bendición y escarpines.
Este mes, participaron los grupos de Acción Católica de la Catedral San Juan Bosco, y de las parroquias Santa Lucía y Cristo Rey.
El 25 de marzo celebrarán la Misa con bendición de madres embarazadas, y a su término saldrán «al encuentro de la vida» por las calles de la ciudad.
El grupo de Adultos de la Parroquia Inmaculada Concpeción de Monte Grande realiza una vez por mes la Bendición de las madres embarazadas.