El camino de la Cuaresma tiene un solo sentido: LA PASCUA.
Por eso, no es un camino de tristeza sino de alegría y de esperanza en la Vida que triunfa más allá del dolor y de la muerte.
El Beato Eduardo Pironio nos recuerda preparar nuestro corazón para la alegría del encuentro definitivo. “La alegría del corazón” nos hace gustar adentro la seguridad de que Cristo vino, resucitó y vive”.
«Un hombre de esperanza es necesariamente alegre; pero un hombre alegre tiene siempre el corazón dispuesto a la esperanza. La alegría y la esperanza van inseparablemente unidas. Por eso San Pablo nos exhorta: “Sean alegres en la esperanza” (Rom 12,12) y nos augura: “que el Dios de la Esperanza los llene de alegría” (Rom 15,13)».
Beato Eduardo Pironio
Que en nuestros Consejos, Comisiones y grupos, preparando ya nuestro corazón a la Semana Santa, seamos signos de alegre esperanza y pidamos juntos este don y el don de la paz que tanto nos pide Francisco, para el mundo entero.