El 18 de agosto de cada año celebramos la festividad de Santa Elena. De las escasas noticias que tenemos de santa Elena, sabemos que ya desde antes de su conversión, realizada en edad adulta, la riqueza de su alma caracterizó sus generosas acciones y su dedicación al prójimo. Muy relevantes testimonios de la vida cristiana de Elena, animados por la imitación de la humildad, la paciencia y la discreción de Cristo, han permanecido hasta el día de hoy.