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Ciclo Adultos Mayores | La importancia del diálogo entre generaciones para construir una sociedad más humana y fraterna

22. Los dolores de parto de la creación. La historia de la criatura como misterio de gestación

Queridos hermanos y hermanas:

Hoy concluimos el ciclo de catequesis sobre la vejez, y lo hacemos recordando la Asunción de la Virgen María a los cielos. Este misterio se pone en relación con la Resurrección de Jesús, y nos anticipa el destino que nos espera cuando resucitemos. En las llagas de Jesús, que permanecen ya resucitado ―conserva las llagas―, vemos que Él no perdió su humanidad ni la memoria de su vida, ni de su historia. Nosotros, aunque no podemos imaginarnos cómo será la transformación de nuestro cuerpo al resucitar, sabemos que reconoceremos nuestros rostros y las personas que amamos. Nos encontraremos.

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Para reflexionar:

  • Nuestra vida es como una semilla que debe ser enterrada para que nazca y pueda dar fruto. Esto sucederá, aunque no sin tribulación, como lo indica san Pablo al hablar de los dolores de parto que sufre la creación. Pero Jesús nos espera con amor, nos prepara un lugar a la mesa en su Reino, del cual disfrutaremos al pasar a la otra vida. Queridos hermanos, queridas ancianas, queridos ancianos, confiemos en las promesas del Señor, lo mejor de la vida está aún por llegar.
  • Queridos hermanos y hermanas, sobre todo vosotros, los ancianos, lo mejor de la vida aún lo tenemos que ver; “Pero somos viejos, ¿qué más tenemos que ver?”. Lo mejor, porque lo mejor de la vida está aún por llegar. Esperamos esta plenitud de vida que nos espera a todos, cuando el Señor nos llame. Que la Madre del Señor y nuestra Madre, que nos ha precedido al cielo, nos devuelva el estremecimiento de la espera, porque no es una espera anestesiada, no es una espera aburrida, no, es una espera con estremecimiento: “¿Cuándo vendrá mi Señor? ¿Cuándo podré ir allá?”

21. El “Anciano de los días”. La vejez tranquiliza sobre el destino a la vida que ya no muere

Queridos hermanos y hermanas:

Hoy en la catequesis reflexionamos sobre un sueño profético narrado en el libro de Daniel. Los diversos símbolos nos hacen ver la relación entre la teofanía ―o sea, la manifestación de Dios ―, y el ciclo de la vida. Dios es Señor del tiempo y de la historia. Por un lado, se nos presenta la imagen de un Dios anciano, particularmente cuando se habla de sus cabellos que eran como la lana pura; y, por otro lado, vemos su fuerza y su belleza, representadas en el fuego. Estamos delante del misterio de la eternidad de Dios: conviven en Dios lo antiguo y lo nuevo.

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Para reflexionar:

Por eso, el testimonio de los ancianos es un don auténtico, es una verdadera bendición para los niños. La alianza de los mayores con los más pequeños salvará la familia humana. Las etapas de la vida no son mundos separados que compiten entre sí, sino más bien son una alianza que une pasado, presente y futuro, dando a la humanidad fuerza y belleza.

  • ¿Soy capaz de dar testimonio de humanidad y de fe ante un niño, a sabiendas de que es sembrar esta vida? 
  • “La alianza de los ancianos y los niños salvará a la familia humana. ¿Podríamos, por favor, devolver a los niños, que deben aprender a nacer, el tierno testimonio de los ancianos que poseen la sabiduría de morir?”
  • “Esta humanidad, que con todo su progreso parece una adolescente nacida ayer, ¿podrá recuperar la gracia de una vejez que mantiene firme el horizonte de nuestro destino?”

20. “Voy a prepararos un lugar” (cf. Jn 14,2). La vejez, tiempo proyectado hacia el cumplimiento

Queridos hermanos y hermanas:

En esta catequesis contemplamos a Jesús que se despide de sus discípulos con palabras de consuelo. Les dice: “No se inquieten, voy a prepararles un lugar en la Casa de mi Padre”. Después de la Ascensión del Maestro a los cielos, los discípulos experimentan, por un lado, la fragilidad del testimonio y los desafíos de la fraternidad, y por otro, la fortaleza que radica en las promesas y bendiciones del Señor.

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Para reflexionar:

También nosotros, en el seguimiento de Jesús, recorremos el camino de la vida como aprendices, experimentando dificultades y fatigas. En este camino se nos invita, con la gracia de Dios, a salir de nosotros mismos y a ir siempre más allá, hasta llegar a la meta definitiva, que es el encuentro con Cristo. La ancianidad es el tiempo propicio para dar testimonio de la espera anhelante de este encuentro definitivo. Por eso, sería interesante que las Iglesias locales, acompañando a las personas ancianas, les ayuden a reavivar el ministerio de la espera del Señor.

  • ¿Considero el verdadero destino de la vida como un lugar en la mesa con Dios, en el mundo de Dios? ¿Qué nuestro lugar estable, nuestro punto de llegada no está aquí, está junto al Señor, donde Él habita para siempre? 
  • ¿Existe alguna referencia específica en nuestras iglesias locales, destinada a revitalizar este ministerio especial de espera del Señor, fomentando los carismas individuales y las cualidades comunitarias de la persona mayor?

19. Pedro y Juan

Queridos hermanos y hermanas:

En la catequesis de hoy reflexionamos sobre el diálogo de Jesús con Pedro, que está al final del Evangelio de Juan. Se trata de un coloquio directo y abierto entre el Maestro y el discípulo, basado en la libertad y en la verdad. En este pasaje encontramos también algunas referencias a la ancianidad. Jesús advierte a Pedro que, con el paso del tiempo, tendrá que aprender a seguirlo teniendo en cuenta la propia fragilidad, que lo limitará en su acción e, incluso, en ciertos aspectos, lo llevará a depender de los demás.

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Para reflexionar:

Este diálogo nos brinda una gran enseñanza, y es que en cada etapa de la vida tenemos que conocernos y aprender a ser coherentes, contando con nuestras fragilidades, contando con nuestras limitaciones. Para ello necesitamos, sobre todo en la ancianidad, una espiritualidad que nos ayude a mantenernos fieles al seguimiento de Cristo hasta el final, sabiendo dar espacio a las jóvenes generaciones que vienen detrás de nosotros; y a agradecer al Señor todas las bendiciones que recibimos de su infinita bondad.

  • Mi seguimiento a Jesús, ¿aprendió a dejarse instruir y plasmar por mi fragilidad, mi impotencia, mi dependencia de los demás? ¿Sigue adelante, con buena salud, con no buena salud, con autosuficiencia y con no autosuficiencia física?
  • ¿”Disponemos de una espiritualidad realmente capaz de interpretar el período—ahora largo y extendido—de este tiempo de nuestra debilidad confiada a los demás, más que al poder de nuestra autonomía? ¿Cómo permanecer fieles al seguimiento vivido, al amor prometido, a la justicia buscada cuando éramos capaces de tomar iniciativas, en el tiempo de la fragilidad, en el tiempo de la dependencia, de la despedida, en el tiempo de alejarse del protagonismo de nuestra vida”?
  • ¿Miro a los ancianos, y los  ayudo para que puedan vivir y expresar su sabiduría de vida, que puedan darnos lo que tienen de hermoso y de bueno?

18. El servicio gozoso de la fe que se aprende en la gratitud cfr. Mc 1, 29-31)

Queridos hermanos y hermanas:

Hoy nos ayuda a reflexionar sobre la ancianidad el relato de la curación de la suegra de Simón, una mujer enferma que recibe la visita de Jesús, y su vida cambia. En este breve pasaje evangélico encontramos varias enseñanzas. Vemos, en primer lugar, que Jesús no va solo, sino acompañado de sus discípulos. Esto nos recuerda que son los miembros de la comunidad cristiana —familiares, amigos— quienes visitan, consuelan y ayudan a las personas mayores que atraviesan momentos de dificultad.

También son significativos los gestos que realiza Jesús y la actitud de esta mujer. Jesús se acerca a ella, la toma de la mano y hace que se levante, con delicadeza y ternura. Inclinándose ante quien lo necesita, Jesús revela su sensibilidad por los que sufren y anuncia la salvación. La suegra de Pedro, al verse curada, responde con gratitud y espíritu de servicio. Podemos decir que agradece los dones que ha recibido de Dios con fe y alegría, a través de obras concretas.

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Para reflexionar:

  • Como comunidad cristiana, ¿cuidamos de los ancianos? ¿los visitamos a menudo? ¿los presentamos al Señor con nuestra oración?
  • “El diálogo jóvenes-abuelos, niños-abuelos es fundamental para la sociedad, es fundamental para la Iglesia, es fundamental para la sanidad de la vida. Donde no hay diálogo entre jóvenes y viejos falta algo y crece una generación sin pasado, es decir sin raíces.” ¿Le damos valor a esta afirmación?

17. «No me abandones cuando decae mi vigor» (Sal 71,9)

Queridos hermanos y hermanas:

En esta catequesis consideramos, con el salmista la fragilidad y la vulnerabilidad presentes en la vida de los ancianos. Esta realidad, que ya es dura en sí misma, da origen en nuestra civilización a situaciones de abandono, de engaños y de abusos contra las personas mayores. Es paradójico que nuestra sociedad, tan avanzada en su presunta eficacia, propicie al mismo tiempo estas injusticias, cada vez más numerosas, que lejos de ser una excepción, muestran palpablemente la cultura del descarte que se ha apoderado de todos nosotros y de la sociedad.

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Para reflexionar:

Ante esto, el salmista reafirma su confianza en el Señor, que es para él “la roca de refugio” (Sal 71, 3). Pues, de hecho, cuando nuestras fuerzas se terminan, el Señor nos colma de seguridad y fortaleza. Toda la sociedad debe sentirse interpelada por su incapacidad de convivir con la vejez, incapacidad que en ocasiones llega a hacer que los ancianos sean despojados de su dignidad y no se acepte la vulnerabilidad y fragilidad propias de esa etapa de la vida.

Estamos llamados a acoger el magisterio de la fragilidad, que la vejez pone ante nuestros ojos de manera creíble en todo el arco de la vida humana, pues todos tenemos necesidad de confiar en Dios e invocar su ayuda. El magisterio de la fragilidad es necesario para realizar una reforma indispensable en nuestra civilización, pues la marginación de los ancianos afecta todas las etapas de la vida.

  • “Todos estamos tentados de esconder nuestra propia vulnerabilidad, esconder nuestra enfermedad, nuestra edad y nuestra vejez, porque tememos que sean la antesala de nuestra pérdida de dignidad. Preguntémonos: ¿es humano inducir este sentimiento? ¿Por qué la civilización moderna, tan avanzada y eficiente, se siente tan incómoda con la enfermedad y la vejez, esconde la enfermedad, esconde la vejez? ¿Y por qué la política, que se muestra tan comprometida con definir los límites de una supervivencia digna, al mismo tiempo es insensible a la dignidad de una convivencia afectuosa con los ancianos y los enfermos?”
  • Cada uno de nosotros puede pensar hoy en los ancianos de la familia: ¿cómo me relaciono con ellos, los recuerdo, voy a verlos? ¿Trato que no les falte de nada? ¿Los respeto? ¿He cancelado de mi vida a los ancianos que están en mi familia, mamá, papá, abuelo, abuela, tíos, amigos? ¿O voy donde ellos para tomar sabiduría, la sabiduría de la vida?

16. Nicodemo. «¿Cómo puede uno nacer siendo ya viejo?» (Jn 3,4)

Queridos hermanos y hermanas:

En la catequesis de hoy reflexionamos sobre la importante figura de un anciano del Nuevo Testamento: Nicodemo, a quien Jesús le dice que para “ver el Reino de Dios” hay que “renacer de lo alto”. Nicodemo no entiende sus palabras, y le plantea la imposibilidad de volver a nacer cuando uno ya es viejo. Pero Jesús se refiere a un nuevo nacimiento en el Espíritu, para el cual la ancianidad no es obstáculo, y a que nos dejemos abrazar por la ternura del amor creador de Dios.

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Para reflexionar:

En esta época que vivimos el mito de la eterna juventud es una obsesión. La vejez se desprecia, olvidando que la vida terrenal es un “inicio” y no una “conclusión”; caminamos hacia la eternidad. En este camino, la fe nos permite “ver” el Reino de Dios. En este sentido, quienes atraviesan la etapa de la ancianidad pueden descubrir, a la luz del Evangelio, una nueva misión: ser signos e instrumentos del amor de Dios que señalan cuál es la meta definitiva a la que estamos llamados.

  • ¿He comprendido que “nadie puede volver a entrar en el vientre de la madre, porque esto no da sabiduría, esto ignora el camino cumplido, esto es artificial; sino que el anciano camina hacia adelante, camina hacia el destino, hacia el cielo de Dios, camina con su sabiduría vivida durante la vida”?
  • ¿Descubrí que la “ternura de los ancianos abre la puerta a entender la ternura de Dios”, sin olvidar que “el Espíritu de Dios es cercanía, compasión y ternura”?

15. Cohélet: la noche incierta del sentido y de las cosas de la vida

Queridos hermanos y hermanas:

Hoy meditamos sobre el pasaje del libro del Eclesiastés o Cohélet, en el que está la frase: “todo es vanidad y correr tras el viento”, que nos previene del sinsentido que supone un conocimiento separado de la justicia. Los ancianos que, después de haber experimentado tantas cosas en sus vidas, son capaces de conservar intacta la pasión por la justicia, nos enseñan que aún hay esperanza para el amor y para la fe, la que nos protege del desencanto.

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Para reflexionar:

En nuestro mundo está presente el cinismo de la razón enloquecida, de la razón ideologizada, que se basa solo en la “verdad científica”, sin sensibilidad ni moralidad, es decir, sin pasión por la justicia. Esta razón cínica e irresponsable, paraliza el alma con la tentación de la omnipotencia del saber. Nos hemos convertido en una sociedad del cansancio, pues el progreso y el bienestar carentes de justicia nos han robado las energías para hacer el bien. Por eso, aunque la ciencia avance, la guerra sigue causando estragos. En la antigüedad cristiana se daba a esta vanidad del conocimiento el nombre de acedia. El libro del Eclesiastés nos enseña a desenmascarar el engaño encubierto de las pseudo-verdades de nuestra época, para poder adherir con entusiasmo a la Bienaventuranza que Jesús promete a quienes no pierden nunca el hambre y la sed de justicia.

  • Frente a una realidad que, en ciertos momentos, nos parece acoger todos los contrarios, que nos provoca una dolorosa desilusión, ¿he caído en el camino de la indiferencia? ¿he llegado a sentir que todo mi esfuerzo es inútil? ¿me quitó el deseo de hacer?

14. Eleazar, la coherencia de la fe, herencia del honor

Queridos hermanos y hermanas:

Continuamos nuestras catequesis sobre la vejez, y hoy nos acompaña la figura de Eleazar. Nos dice la Biblia que a este noble anciano se le propuso ganar unos días más de vida si traicionaba los preceptos de Dios, pero él rechazó esa posibilidad con firmeza y valentía. Eleazar decidió morir antes que renegar de la fe, dando así ejemplo de fidelidad y de coherencia a las futuras generaciones. Su testimonio nos deja una gran herencia: ser coherentes con la propia fe, es decir, obrar siempre de acuerdo a lo que creemos, hasta el final de nuestros días.

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Para reflexionar:

La tentación de separar la fe y la vida podemos encontrarla también hoy, de diferentes maneras, incluso con maneras que parecen mejores espiritualmente. Por ejemplo, vemos que la práctica de la fe muchas veces se presenta de forma negativa, se ridiculiza o se margina, o bien se considera una cosa de “viejos”, algo inútil e incluso nocivo para la propia existencia. Frente a esto, estamos llamados a testimoniar que la fe no es algo reservado a una etapa de la vida, sino una bendición para todos, un don que siempre merece ser respetado y honrado.

  • Repensemos nuestra Fe: “la fe cristiana es realista, la fe cristiana no es solamente decir el Credo, sino que es pensar el Credo, es sentir el Credo, es hacer el Credo”. ¿La vivimos así?
  • “La práctica de la fe no es el símbolo de nuestra debilidad, sino más bien el signo de su fuerza” ¿Lo reconozco?
  • Mi testimonio, ¿demuestra “que creer no es algo “de viejos”, sino que es algo de vida; creer en el Espíritu Santo, que hace nuevas todas las cosas, y Él con gusto nos ayudará”?

13. Jornada Mundial de los Abuelos y de los Mayores

El 31 de enero de 2021 Francisco anunciaba haber “decidido instituir la Jornada Mundial de los Abuelos y de los Ancianos, que se celebrará en toda la Iglesia cada año el cuarto domingo de julio, cerca de la fiesta de san Joaquín y santa Ana, los ‘abuelos’ de Jesús.”

Atentos a este llamado del Papa, te propusimos caminar en la preparación a la Jornada Mundial de este año, compartiendo sus Mensajes de para las Jornadas Mundiales del 2021 y 2022, y su Catequesis sobre la vejez.

Hoy compartimos el Mensaje de Francisco con ocasión de la 3ra Jornada Mundial de los Abuelos y de los Mayores (23 de julio de 2023)

«Su misericordia se extiende de generación en generación» (Lc 1,50)

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La reflexión del Santo Padre nos incita a plantearnos algunas preguntas interiores: “¿Qué hacemos por los ancianos? ¿Cómo cuidamos de ellos? ¿Nuestros ancianos se sienten solos? ¿Tienen realmente dignidad?”. Aquí, debemos poner a la persona mayor en el centro y aprender de ella, tener el deseo de pensar en ella y saber cómo es.” (2)

  • Gleison De Paula Souza, secretario del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida. En Vatican news, Boletín informativo del 13/04/2023
  • Ibíd.

Para reflexionar:

  • “El Espíritu Santo bendice y acompaña cada encuentro fecundo entre generaciones distintas, entre abuelos y nietos, entre jóvenes y ancianos” ¿Cómo es el vínculo entre los jóvenes y los ancianos en nuestras comunidades?
  • “La Jornada Mundial de los Abuelos y de los Mayores quiere ser un pequeño y delicado signo de esperanza para ellos y para toda la Iglesia. Renuevo por ello mi invitación a todos —diócesis, parroquias, asociaciones y comunidades— a celebrar esta Jornada, poniendo en el centro la alegría desbordante de un renovado encuentro entre jóvenes y ancianos” ¿Qué gestos hemos preparado para honrar a nuestros abuelos y mayores? ¿Hemos procurado darle continuidad a estos encuentros, más allá de la Jornada Mundial, para no convertirlos en eventos aislados?

12. Job. La prueba de la fe, la bendición de la espera

Queridos hermanos y hermanas:

La catequesis de hoy sobre la ancianidad nos presenta la figura de Job, que gritaba de dolor y le pedía a Dios una respuesta que diera sentido a las numerosas desgracias y humillaciones que padecía en su vida. De ese clamor incesante surgió su conversión y su profesión de fe, ya que Dios le dio a conocer su verdadero rostro. Job, por tanto, obtuvo una respuesta, y fue bendecido con una larga ancianidad, porque se dejó transformar por el misterio de la ternura de Dios, que muchas veces se esconde en el silencio.

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Para reflexionar:

La historia de Job ejemplifica la vida de tantas personas, familias y pueblos marcados por el sufrimiento. Su dolor nos interpela, y nos admira la firmeza de su fe y de su amor. Así también los ancianos —que ya han atravesado muchas pruebas a lo largo de su vida—, cuando saben convertir el dolor por las pérdidas en espera confiada de las promesas de Dios, son un testimonio y un tesoro insustituible para que la comunidad pueda aprender a afrontar las dificultades y el exceso de mal.

Cuando “se abaten pruebas demasiado pesadas, pruebas desproporcionadas respecto a la pequeñez y fragilidad humana”; cuando nos sentimos “abrumados por una suma de males que parece verdaderamente excesiva e injusta”, ¿podemos decir, como Job: “Yo te conocía de oídas, mas ahora te han visto mis ojos, porque te he encontrado”?

11. Judit. Una juventud admirable, una vejez generosa

Queridos hermanos y hermanas:

En esta catequesis reflexionamos sobre Judit, una de las heroínas del Antiguo Testamento. Nos dice la Biblia que esta mujer, en su juventud, supo defender a su pueblo de los enemigos que lo asediaban. Después, Judit volvió a su ciudad, Betulia, donde vivió la etapa de su larga ancianidad con plenitud y serenidad, dejando en herencia a los suyos no sólo “bienes”, sino, sobre todo, dejando en herencia el testimonio de haber hecho siempre “el bien”.

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Para reflexionar:

Podríamos decir que, cuando a Judit le llegó “el tiempo de la jubilación”, supo vivirlo con ternura y generosidad. Tomando en cuenta su ejemplo, pensemos:

  • ¿Cómo se vive hoy esa etapa? Los hijos y los nietos, ¿se interesan por los abuelos?
  • Las personas mayores, ¿están dispuestas a compartir con los más jóvenes la riqueza de su sabiduría, a enseñar, aconsejar, curar, escuchar?
  • ¿Nos esforzamos por “remodelar” las relaciones entre las generaciones, a la luz del tiempo que vivimos?

Son preguntas que nos hace bien repetirnos para poner nuestra vida en esta dirección.

10. Noemí, la alianza entre las generaciones que abre al futuro

Queridos hermanos y hermanas:

Hoy encontramos inspiración para nuestra catequesis sobre los ancianos en el libro de Rut y en la enseñanza que nos da sobre la alianza entre las generaciones. En él, la joven Rut demuestra ser capaz de volver a entusiasmar a la anciana Noemí, y esta recupera la fuerza para hacer que en la joven renazca una nueva esperanza de futuro.

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Para reflexionar:

Noemí, cuando mueren sus hijos, se siente incapaz de aportar algo a las jóvenes nueras que han quedado viudas y, de forma generosa y altruista, las invita a volver a sus hogares para rehacer sus vidas con los suyos. Pero Rut se niega a abandonarla. De ese modo, el inicial pesimismo de Noemí es vencido por la fidelidad de Rut, hasta el punto de que Noemí toma la iniciativa y la anima a encontrar marido en Israel.

En esta historia vemos muchos elementos de conflicto que se van pacificando: el hecho de ser mujeres y estar solas, además de su condición de extranjeras las hace vulnerables, pero el amor y el valor que se dan recíprocamente supera las dificultades. Y es así que Noemí, cuando nace el hijo de Rut y Booz, puede ver el futuro con esperanza.

9. “Honra a tu padre y a tu madre”: el amor por la vida vivida

Queridos hermanos y hermanas:

Retomamos hoy nuestras catequesis sobre la ancianidad y, con la ayuda de la Palabra de Dios, reflexionamos sobre lo que significa “honra a tu padre y a tu madre”. Este mandamiento no se refiere solamente a los padres biológicos, sino al respeto y el cuidado que se debe procurar a las generaciones que nos preceden, es decir, a todas las personas mayores. Además, consideremos que no se trata sólo de “honrar” a los ancianos cubriendo sus necesidades materiales sino, sobre todo, de “honrarlos” —de “dignificarlos”— con el amor, con la cercanía y con la escucha.

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Para reflexionar:

Muchas veces, lamentablemente, los ancianos son objeto de burlas, incomprensiones y desprecios. Incluso, llegan a ser víctimas de la violencia, pues se los considera material de descarte.

Por eso, es importante que transmitamos a las jóvenes generaciones que el amor a la vida hay que manifestarlo siempre, en todas sus etapas, desde la concepción hasta su fin natural, e incluye de modo especial honrar la vida vivida por nuestros mayores y honrarla con ternura y con respeto.

8. La fidelidad a la visita de Dios para la generación que viene

Queridos hermanos y hermanas:

«Continuamos nuestras catequesis sobre la ancianidad, y hoy contemplamos de modo especial a Simeón y Ana. La razón de vivir de estos ancianos era esperar la visita de Dios; y lo hicieron llenos de vitalidad espiritual, en una actitud de oración y servicio. Al final de sus vidas, ambos supieron reconocer en el Niño Jesús al Salvador, fuente de paz y consuelo. Su ejemplo nos enseña que la fidelidad en la espera afina los sentidos espirituales y nos hace más sensibles para reconocer los signos de Dios». [Papa Francisco]

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Para reflexionar:

«En una sociedad, como esta, que exalta el placer de los sentidos físicos y que, al mismo tiempo, “anestesia” los sentidos espirituales, se corre el peligro de ser insensibles ante el sufrimiento y la fragilidad, y, por tanto, de descartar a las personas mayores, que van perdiendo las fuerzas de la juventud. Por eso, es importante el diálogo entre las generaciones, entre jóvenes y ancianos, para que los ancianos transmitan su sabiduría a los jóvenes, y los jóvenes escuchen a los ancianos, promoviendo un espíritu de fraternidad y, me atrevo a decir la palabra, de “ternura social”. Que este diálogo entre jóvenes y ancianos nos ayude a crecer en “ternura social”». Francisco

7. La despedida y la herencia: memoria y testimonio

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Para reflexionar:

También el Evangelio nos da testimonio de la historia de Jesús y de las experiencias de los discípulos. Lo hace con honestidad, sin esconder las fragilidades e incluso las traiciones de los seguidores de Jesús. Esto nos lleva a preguntarnos:

  • ¿Cómo transmitimos la fe a las futuras generaciones?
  • ¿Damos testimonio gozoso de la presencia de Dios en nuestra vida, sabiendo reconocer, al mismo tiempo, nuestras faltas de coherencia?

Papa Francisco

6. La vejez, recurso para la juventud despreocupada

“Continuamos reflexionando sobre el sentido y el valor de la vejez o de la ancianidad. En la lectura del libro del Génesis hemos escuchado que Dios, para salvar al hombre de la corrupción y del diluvio, eligió a Noé, que era el más anciano de todos los hombres. Podríamos preguntarnos, ¿en qué sentido la vejez puede salvar el mundo? En un tiempo en que vivimos bajo presión, tantas veces confundidos entre la imagen de la “juventud eterna” y la representación catastrófica del “fin del mundo”, ¿Qué pueden aportar los ancianos?” [Papa Francisco]

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Para reflexionar:

  • ¿Me siento, yo también, abrumado por el sentido de impotencia contra el mal o desmoralizado por los “profetas de desventuras”?
  • ¿Vivo con una despreocupación que se dirige solo al cuidado de mi mismo?
  • “¿Está abierto mi corazón a ser profeta contra la corrupción de hoy?”
  • ¿Soy “como el buen vino que al final envejecido puede dar un mensaje bueno y no malo”?
  • ¿Pido al Señor la gracia de la sabiduría?

5. Preparándonos a vivir Pentecostés como Iglesia pascual con las meditaciones del Cardenal Eduardo Pironio

En esta nueva entrega el Cardenal Eduardo Pironio nos propone reflexionar sobre una Iglesia Pascual.

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Hacia una Iglesia Pascual

(…) ¿Cómo sería esta Iglesia Pascual?

  1. Ante todo la Iglesia del acontecimiento de Pentecostés (Hch. 2, 1 sigs.). Es decir, la Iglesia que se siente <llena del Espíritu Santo>, que sólo confía en las armas del Espíritu y sólo tiende a expresar al Señor resucitado.
  2. Una Iglesia<joven>, una Iglesia <nueva>. Una Iglesia pascual siente necesariamente la urgencia de lo nuevo. Lo nuevo en Cristo por el Espíritu.
  3.   Una iglesia en comunión. El fruto de la Pascua es el Espíritu de la comunión. Pentecostés engendra en los discípulos un solo corazón y una sola alma (Hch. 4, 32).
  4. Una Iglesia en esperanza. La Iglesia pascual es esencialmente la Iglesia de la esperanza. La Iglesia se afirma en el acontecimiento de Pentecostés.
  5. Una Iglesia en misión. Es la Iglesia que sale del Cenáculo impulsada por el Espíritu.
  6. Una Iglesia profética, evangelizadora. No es sólo la Iglesia que descubre el futuro o denuncia las injusticias. Es, sobre todo, la Iglesia que proclama a Cristo y revela al Padre.
  7. Una Iglesia pascual tiene que ser necesariamente la Iglesia del desprendimiento y la pobreza, del anonadamiento y la cruz, de la persecución y la muerte.

Una Iglesia pascual es la Iglesia de Pedro y Pablo: la Iglesia que ellos dos (plantaron con su sangre). Es la Iglesia del testimonio y del martirio.

Bibliografía utilizada: “Hacia una Iglesia Pascual”. En “Profeta de esperanza”, Capítulo Iglesia, páginas 192 a 195. Editado por Acción Católica Argentina. (2002).

Una Iglesia Pascual es la Iglesia que nació en María.

El Señor nos pide que seamos fieles. Fidelidad a nuestra vocación impostergable: ser para los hombres (la Iglesia de la Pascua).

4. La longevidad: símbolo y oportunidad

Queridos hermanos y hermanas:

“En el pasaje bíblico de las genealogías de los antepasados sorprende enseguida su enorme longevidad: ¡se habla de siglos! ¿Cuándo empieza, aquí, la vejez? Uno se pregunta. ¿Y qué significa el hecho de que estos antiguos padres vivan tanto después de haber generado a los hijos? ¡Padres e hijos viven juntos, durante siglos! Esta cadencia secular de la época, narrada con estilo ritual, otorga a la relación entre longevidad y genealogía un significado simbólico fuerte, muy fuerte. [Papa Francisco, Audiencia general, 2 de marzo de 2022]

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Para reflexionar:

  • ¿He descubierto que “es necesario gastar tiempo —un tiempo que no es rentable— con los niños y con los ancianos, porque ellos nos dan otra capacidad de ver la vida”?
  • ¿He logrado “convertir la prepotencia del tiempo, que siempre nos apura, a los ritmos propios de la vida”?

3. El sentido y el valor de la vejez

Queridos hermanos y hermanas:

“Hoy comenzamos con una serie de catequesis sobre el sentido y el valor de la vejez. Nunca antes en la historia de la humanidad ha habido tantos ancianos como hoy. Sin embargo, constatamos que la cultura dominante tiene como único modelo al adulto joven, por lo que conviene preguntarse si existe una conexión o alianza entre las diversas etapas de la vida, o si más bien prevalece la separación y el descarte. Lamentablemente es común que, en las así llamadas culturas “desarrolladas”, la vejez tenga poca relevancia, pues no es considerada como una edad que pueda ofrecer grandes cosas”. Papa Francisco

Compartimos:

PAPA FRANCISCO, AUDIENCIA GENERAL, Aula Pablo VI. Miércoles, 23 de febrero de 2022

Catequesis sobre la vejez [Gleison De Paula Souza, secretario del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida. En Vatican news, Boletín informativo del 13/04/2023]

La gracia del tiempo y la alianza de las edades de la vida.

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Para reflexionar:

  • En nuestras comunidades, “¿hay amistad, hay alianza entre las diferentes edades de la vida o prevalecen la separación y el descarte?”
  • “Los ancianos tienen recursos de vida ya vivida a los cuales pueden recurrir en todo momento. ¿Se quedarán de brazos cruzados ante los jóvenes que pierden su visión o los acompañarán calentando sus sueños? Ante los sueños de los ancianos, ¿qué harán los jóvenes?”
  • “Los jóvenes deben hablar con los ancianos, y los ancianos con los jóvenes. Y este puente será la transmisión de la sabiduría en la humanidad.” ¿Lo practicamos?

2. “En la vejez seguirán dando fruto”

Compartimos el Mensaje de Francisco con ocasión de la 2da Jornada Mundial de los Abuelos y de los Mayores (24 de julio de 2022) “En la vejez seguirán dando fruto” (Sal 92,15)

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La reflexión del Santo Padre nos incita a plantearnos algunas preguntas interiores:

  • ¿Qué hacemos por los ancianos?
  • ¿Cómo cuidamos de ellos?
  • ¿Nuestros ancianos se sienten solos?
  • ¿Tienen realmente dignidad?

“Aquí, debemos poner a la persona mayor en el centro y aprender de ella, tener el deseo de pensar en ella y saber cómo es.” (Gleison De Paula Souza, secretario del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida. En Vatican news, Boletín informativo del 13/04/2023)

1. La importancia del diálogo entre generaciones para construir una sociedad más humana y fraterna

El 31 de enero de 2021 Francisco anunciaba haber “decidido instituir la Jornada Mundial de los Abuelos y de los Ancianos, que se celebrará en toda la Iglesia cada año el cuarto domingo de julio, cerca de la fiesta de san Joaquín y santa Ana, los ‘abuelos’ de Jesús.”

Atentos a este llamado del Papa, te proponemos caminar en la preparación a la Jornada Mundial de este año, compartiendo sus Mensajes de para las Jornadas Mundiales  del 2021 y 2022, y su Catequesis sobre la vejez.

Compartimos el Mensaje de Francisco con ocasión de la 1ra Jornada Mundial de los Abuelos y de los Mayores (25 de julio de 2021) “Yo estoy contigo todos los días”.

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La reflexión del Santo Padre nos incita a plantearnos algunas preguntas interiores:

  • ¿Qué hacemos por los ancianos?
  • ¿Cómo cuidamos de ellos?
  • ¿Nuestros ancianos se sienten solos?
  • ¿Tienen realmente dignidad?

“Aquí, debemos poner a la persona mayor en el centro y aprender de ella, tener el deseo de pensar en ella y saber cómo es.” (Gleison De Paula Souza, secretario del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida. En Vatican news, Boletín informativo del 13/04/2023)

Recursos Fotográficos del documento:

Foto de Andrea Piacquadio: https://www.pexels.com/es-es/foto/dos-mujeres-adultas-una-al-lado-de-la-otra-3768114/

Foto de Kampus Production: https://www.pexels.com/es-es/foto/hombre-parque-ninos-mayor-7854120/

Foto de cottonbro studio: https://www.pexels.com/es-es/foto/pareja-hablando-conversacion-abuelos-7117581/

Foto de cottonbro studio: https://www.pexels.com/es-es/foto/feliz-sonriente-familia-juntos-7086012/

Foto de Alican Helik: https://www.pexels.com/es-es/foto/hombre-barra-cafeteria-mesa-15336421/