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11 de octubre | El Papa y la Acción Católica

Queridos Adultos: 

Continuando con la celebración de los 90 años de ACA y preparándonos para la  Asamblea Federal, compartimos las orientaciones que los distintos Papas nos han regalado a través de documentos, cartas y mensajes, a lo largo de este tiempo.

Les proponemos entonces caminar, rumiar, testimoniar, rezar, celebrar y conocer también los distintos apostolados que se han hecho y se hacen en la Institución.

En este lunes, compartimos algunas consideraciones del discurso del Papa Francisco a los miembros del Consejo Nacional de la Acción Católica Italiana, Sala Clementina, 30 de abril 2021.

Para leer y rumiar…

«Acción»

«Podemos preguntarnos qué significa esta palabra “acción”, y sobre todo de quién es la acción. El último capítulo del Evangelio de Marcos, después de haber contado la aparición de Jesús a los Apóstoles y la invitación que Él les dirigió a ir por todo el mundo y proclamar el Evangelio a toda criatura, se concluye con esta afirmación: «Colaborando el Señor con ellos y confirmando la Palabra con las señales que la acompañaban» (16,20). ¿De quién es por tanto la acción? El Evangelio nos asegura que el actuar pertenece al Señor: es Él quien tiene la exclusiva, caminando “de incógnito” en la historia que vivimos.

Recordar esto no quita nuestra responsabilidad, sino que nos devuelve a nuestra identidad como discípulos misioneros. De hecho, el pasaje de Marcos añade inmediatamente después que los discípulos «salieron» a «predicar por todas partes» (ibíd.). El Señor actuaba y ellos salían. Recordar que la acción pertenece al Señor permite no perder nunca de vista que es el Espíritu la fuente de su misión: su presencia es causa – y no efecto – de la misión. Permite tener siempre bien presente que «nuestra capacidad viene de Dios» (2 Cor  3,5); que la historia está guiada del amor del Señor y nosotros somos co-protagonistas. También vuestros programas, por lo tanto, se proponen reencontrar y anunciar en la historia los signos de la bondad del Señor.

La pandemia ha arruinado muchos proyectos, ha pedido a todos que se enfrente a lo inesperado. Acoger lo inesperado, en lugar de ignorarlo o rechazarlo, significa permanecer dóciles al Espíritu y, sobre todo, fieles a la vida de los hombres y mujeres de nuestro tiempo.

El evangelista subraya que Jesús “confirmaba la Palabra con los signos”. ¿Qué significa? Que lo que hacemos tiene un origen preciso: la escucha y la acogida del Evangelio. Pero quiere decir también que debe haber una unión fuerte entre lo que se escucha y lo que se vive. Vivir la Palabra y proclamar la Palabra [conectada] a la vida. Os invito por tanto a hacer que la búsqueda de una síntesis entre Palabra y vida, que hace de la fe una experiencia encarnada, siga caracterizando los recorridos formativos de Acción Católica.»

Papa Francisco, a los miembros del Consejo Nacional de la Acción Católica Italiana, Sala Clementina, 30 de abril 2021.

Para compartir en la vida del grupo

Preguntas para la reflexión ya sea virtual o presencial, personal o dialogando telefónicamente con algún miembro de tu grupo

  1. ¿Qué proyectos “nos arruinó” la pandemia? ¿Qué tuvimos que cambiar en nuestra Acción (la acción del Él) en este tiempo ¿
  2. ¿Cómo pudimos enfrentar y acoger lo inesperado?
  3.  Como Institución ¿Qué pasó con nuestra misión de discípulos? ¿De qué manera pudimos hacer síntesis entre Palabra y Vida?
  4. ¿De qué manera prosiguió nuestra actitud de servicio? ¿Cómo fuimos discípulos misioneros en estos tiempos difíciles?

Compartiendo el caminar… y testimoniar

Hablando de acción, queremos compartir con ustedes el servicio que realizan las Parroquias de la Arquidiócesis de Buenos Aires para dar respuesta a la carencia de las familias y gente en situación de calle respecto a la falta de alimento.

Desde Diciembre de 2020 realizan cada 15 días “una cocina itinerante” o sea una cocina que se traslada de un lugar a otro y elabora comida en distintos comedores y/o parroquias de la diócesis, buscando no solo satisfacer una necesidad específica sino también movilizar e impulsar a la comunidad parroquial para ir al encuentro de aquellos que hoy necesitan una mano, promoviendo la participación, la responsabilidad, la unidad y el encuentro de todos por el bien común.

Se repartieron 1850 viandas en 14 eventos en las Parroquias San Cristóbal, Nuestra Señora de Loreto, Buen Pastor, Nuestra Señora de la Consolación, Patrocinio San José, San José Benito Cottolengo, Inmaculada Concepción (Centro) Comedor Comunitario ”Chiquitos con amor” (Ciudad Oculta).

Lo que nos deja una Cocina Itinerante

[Testimonio de Rafael Iglesias, Vicepresidente del Consejo Arquidiocesano de Buenos Aires]

La motivación principal de quienes participamos de la cocina itinerante es no permanecer indiferentes ante una realidad difícil que dejó muy expuesto el sufrimiento de muchos, sobre todo de aquellos a los que se les hace difícil llevar comida a su mesa.

Esta experiencia, después de las primeras 14 cocinas ya realizadas, nos mostró y nos acercó también a otras cosas.

Vimos mucha gente en situación de calle, pero también vimos que, cada vez más son los vecinos de las parroquias los que se acercan a pedir comida para llevar a sus casas y en medio de su dolor, pidiendo con timidez y quizás vergüenza, encuentran en estas viandas una sonrisa y una alegría compartida.

En cada parroquia a las que fuimos, hacen mucho para paliar esas necesidades, que son pocos, están cansados de sostener en forma continua este peso, pero encuentran en esta cocina itinerante un respiro, un sentir que hay otros más preocupados por ayudar, un pequeño alivio, un reconocimiento y, por qué no, un mimo a lo que hacen en silencio.

En muchos de estos comedores por una cuestión de costos no pueden ofrecer variedad de comidas y al proponernos ofrecer algo diferente a la comida que se suele dar vimos que esto es muy valorado tanto por la gente que recibe la comida como la gente de la parroquia, arrancando otras sonrisas y alegrías como cuando cada tanto nos damos el lujo de una comida especial.

También hay personas que, en medio de la angustia por no tener un plato de comida, se preocupan por otros en su misma situación, acercándole comida a los que por algún motivo no pueden y hasta compartiendo con alegría la comida cuando no alcanza para todos.

Nos produce impotencia que la cantidad de comida que hacemos no alcanza para todos y la desazón de aquellos a los que tenemos que decirles que no hay más.

Ayudar a otros nos une. Nos une y nos encuentra principalmente con las personas que se acercan a recibir la comida, pero también con las personas que trabajan en los comedores y también con gente que, aunque no pertenecen a la Acción Católica o pertenecieron en algún tiempo, encuentran en este espacio un lugar donde no ser indiferentes a la realidad.

Son muchas las cosas que se viven en estas cocinas itinerantes: dolor, compromiso, alegría, solidaridad, sonrisas, impotencia, unidad, gratitud, alivio, pero sobre todo la gran alegría que esto despierta en todos.

Creo que en estas cosas son las que Jesús nos deja.

Nos sorprendió una tormenta inesperada y furiosa. Nos dimos cuenta que estábamos en la misma barca. todos frágiles y desorientados; pero al mismo tiempo importantes y necesarios, todos llamados a remar juntos”

Papa francisco
oración extraordinaria ante la pandemia por coronavirus, 27 de marzo de 2020.

¡¡¡Hasta el próximo lunes!!!